La remolacha, también conocida como betabel, es la raíz profunda, grande y carnosa que crece en la planta del mismo nombre. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México, “este alimento es un tubérculo comestible de color púrpura intenso y tiene forma de bulbo”.

El sabor, debido a que se trata de una raíz en la que se acumulan gran cantidad de azúcares, es dulce, por lo que se aprovecha para la obtención de azúcar y su pulpa para colorantes, explica la misma institución.

La remolacha es un alimento de moderado contenido calórico. Junto con el agua, las proteínas son el componente más abundante. Además, se considera buena fuente de fibra, pues cubre el 11 % de la cantidad recomendada para hombres y el 15 % para mujeres.

El Servicio Regional de Salud Metropolitano de República Dominicana informa que debido a lo anterior, “es un alimento con una riqueza nutricional muy importante, que aporta beneficios para la salud general”. Incluso, se aprecia su versatilidad, pues puede consumirse cruda o cocida, en jugos, licuados, ensaladas y postres.

Otro de los beneficios de esta hortaliza está en que apoyar el proceso de desintoxicación, lo que combate la acción de los radicales libres y depura órganos vitales como el hígado, previniendo, al mismo tiempo, el surgimiento de afecciones como el hígado graso.

Lo anterior se da, según la entidad dominicana, porque la remolacha contiene unos pigmentos conocidos como betalín, los cuales se consideran antioxidantes. En un estudio publicado por la revista New England Journal of Medicine y citado por el portal Mejor con Salud, se explica que “los pacientes con hígado graso, al llevar una dieta rica en alimentos con antioxidantes, mostraban una mejoría significativa”.

Mejor con Salud también informa que la mejor forma de consumir la remolacha para cuidar el hígado es cruda, por ejemplo, a través de ensaladas. Sin embargo, también es posible un licuado con los siguientes ingredientes: una manzana (verde o roja), un vaso de agua (250 ml), dos zanahorias pequeñas y una remolacha (betabel) mediana.

Preparación:

1. Lavar todos los ingredientes.

2. Pelar las zanahorias y cortar en trozos pequeños.

3. Cortar la remolacha en también trozos pequeños.

4. Partir la manzana para extraerle el corazón y las semillas. Cortarla en cubitos.

5. Poner todos los ingredientes en la licuadora y mezclar junto con agua.

6. Si el líquido queda muy espeso, es posible agregar un poco más de agua.

7. Servir y consumir.

Cabe resaltar que el hígado graso se presenta cuando se acumula mucha grasa en las células hepáticas. Aunque es normal que las personas tengan una pequeña cantidad de grasa en las mismas, se considera que tienen este padecimiento cuando este volumen es superior a 5 %.

Existen dos tipos de hígado graso, según Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos:

  • Enfermedad del hígado graso no alcohólico: no está relacionado con el consumo de alcohol y se divide en hígado graso simple y esteatosis hepática no alcohólica. En ambas, se presenta inflamación y daño en las células.
  • Enfermedad del hígado graso por alcohol: también llamada esteatosis hepática alcohólica, la cual está relacionada con el consumo de bebidas alcohólicas. “El hígado descompone la mayor parte del alcohol que bebe para que sea eliminado del cuerpo, pero el proceso de descomposición puede generar sustancias dañinas”, explicó Medline Plus.

Solo el médico puede determinar si se sufre de esta afección y los tratamientos necesarios para cada persona.