La enfermedad del hígado graso no alcohólico es un término general para una variedad de afecciones hepáticas que afectan a las personas que beben poco o nada de alcohol, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Además, Mayo Clinic, la entidad reveló que existen dos tipos:

  • Hígado graso simple: Hay grasa en el hígado, pero poca o ninguna inflamación o daño en las células del hígado. En general, el hígado graso simple no es demasiado serio como para causar daño o complicaciones al hígado.
  • Esteatosis hepática no alcohólica: Existe inflamación y daños en las células del hígado, y grasa. La inflamación y el daño de las células del hígado pueden causar fibrosis o cicatrización del hígado. La esteatosis puede causar cirrosis o cáncer de hígado.

Adicional, indicó en su portal web que no se conoce la causa del hígado graso, pero los investigadores sí saben que es más común en personas que:

  • Tienen diabetes tipo 2 y prediabetes.
  • Tiene obesidad.
  • Son de mediana edad o mayores (aunque los niños también pueden sufrirla).
  • Son hispanos, seguidos por blancos no hispanos. Es menos común en afroamericanos.
  • Tienen presión arterial alta.
  • Toman ciertos medicamentos, como los corticoides y algunas medicinas contra el cáncer.
  • Tienen ciertos trastornos metabólicos, incluyendo síndrome metabólico.
  • Pierden peso muy rápido.
  • Tienen ciertas infecciones como la hepatitis C.
  • Han estado expuestos a algunas toxinas.

Así las cosas, en general, la enfermedad es silenciosa que tiene pocos o ningún síntoma, pero si se presentan síntomas, se puede sentir cansancio o se pueden tener molestias en el lado superior derecho del abdomen.

Por tal razón, si la persona tiene el hígado graso, una de las recomendaciones de los especialistas es bajar de peso, ya que con esto se reduce la grasa, la inflamación y la fibrosis en el hígado. De hecho, la recomendación de Medline Plus es realizar ejercicio con regularidad y, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes. Lo vital es que tenga un gasto energético, lo cual será ideal para perder grasa del cuerpo y del hígado.

Sobre la misma línea, De igual forma, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló qué alimentos están permitidos y cuáles prohibidos:

Permitidos: manzana, pera, piña, durazno, papaya, fresas, mandarina, naranja, limón, ciruela, guanábana; calabacín, rúcula, espinacas, berenjena, lechuga, tomate, cebolla, zanahoria, berro, arroz integral, pan integral, pasta integral, quinoa, avena en hojuelas, huevos, tofu, pollo, pescados de carne blanca, leche y yogur descremado, y quesos blancos como requesón (ricota) y cottage.

Prohibidos: quesos amarillos, queso crema, tocino, cordero, carne de res grasa, piel de pollo, carne de cerdo, chocolate, mantequilla, margarina, arroz blanco, pasta, pan blanco, harina de avena, galletas, helados, dulces en almíbar, mermeladas y jugos de fruta industrializados, como los envasados o en polvo, salsas listas, pasta instantánea, comida rápida, pan de molde, comidas congeladas, jamón serrano, pechuga de pavo, salchicha, mortadela, salami, longaniza, lomo y capicola.

De todos modos, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.