El hígado graso es una condición que se ha vuelto común con el paso del tiempo. La alimentación y los buenos hábitos se han convertido en algo fundamental para combatir esta afección. Una dieta podría beneficiar a quienes sufren la enfermedad, pues es necesario evitar su avance progresivo y el deterioro de otros organismos que se pueden ver afectados. De esta manera, el riesgo de no identificar una dieta que regule la diabetes y a la vez el hígado graso, podría ocasionar una afección más grave y difícil de tratar.
El hígado graso puede evolucionar convirtiéndose en un potencial riesgo para la salud, alimentos como el té verde pueden combatir este problema, de acuerdo con el portal CuerpoMente.
Esta bebida es antioxidante y se puede consumir de forma regular, pero sin exceso. Además, es muy buena para ayudar con la digestión, previene los síntomas gripales, y contribuye a reducir la fiebre y el dolor de garganta y reducir los niveles altos de azúcar en la sangre y colesterol en la sangre.
El portal señala que los ponifenoles del té interactúan con las enzimas digestivas secretadas en el intestino delgado, inhibiendo la descomposición de los carbohidratos, las grasas y las proteínas de los alimentos. En ese sentido, se termina eliminando una cierta cantidad de grasas a través del sistema digestivo.
Por otro lado, realizar ejercicio termina siendo una práctica que ayuda a combatir la labor, pues a través del movimiento el cuerpo elimina toxinas, en ese sentido, los órganos funcionan de mejor manera. Por ello, expertos señalan la necesidad de mantener una rutina de ejercicio diaria.
¿Por qué se da el hígado graso?
De acuerdo con especialistas del American College of Gastroenterology citados por el portal Salud 180, existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar hígado graso o esteatosis hepática, como también se le conoce:
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Tomar bebidas alcohólicas frecuentemente.
- Ser mujer de mediana edad.
- Tener malos hábitos alimenticios.
- Toma de medicamentos como los corticoides.
- Padecer diabetes o resistencia a la insulina.
- Tener elevados los niveles de colesterol y triglicéridos.
Por otro lado, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro, indica que estos son algunos síntomas que pueden presentarse cuando se padece del hígado graso:
- Fatiga.
- Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen.
- Hinchazón abdominal (ascitis).
- Vasos sanguíneos agrandados justo debajo de la superficie de la piel.
- Bazo agrandado.
- Palmas rojas.
- Color amarillento en la piel y en los ojos (ictericia).
“La enfermedad del hígado graso puede ocurrir cuando hay más del 5 por ciento de grasa en el hígado”, así lo explica el portal Medical News Today.
Los médicos describen al hígado graso como una enfermedad silenciosa. “Esto se debe a que es posible que una persona no experimente ningún síntoma, incluso a medida que avanza la enfermedad”, destaca el mencionado sitio web.
Así puede consumir remolacha para combatir la enfermedad:
La remolacha es un alimento de moderado contenido calórico. Junto con el agua, las proteínas son el componente más abundante. Además, se considera buena fuente de fibra, pues cubre el 11 % de la cantidad recomendada para hombres y el 15 % para mujeres.
El Servicio Regional de Salud Metropolitano de República Dominicana informa que debido a lo anterior, “es un alimento con una riqueza nutricional muy importante, que aporta beneficios para la salud general”. Incluso, se aprecia su versatilidad, pues puede consumirse cruda o cocida, en jugos, licuados, ensaladas y postres.
Otro de los beneficios de esta hortaliza está en que apoyar el proceso de desintoxicación, lo que combate la acción de los radicales libres y depura órganos vitales como el hígado, previniendo, al mismo tiempo, el surgimiento de afecciones como el hígado graso.