Para empezar a hablar del hígado graso hay que entender que esta es una enfermedad no alcohólica (Ehgna), la cual trata de una afección en donde se acumula el exceso de grasa en el hígado. Así lo explicó el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.

Es importante destacar que esta enfermedad es silenciosa y presenta pocos síntomas y, en algunas veces, ninguno. Sin embargo, este padecimiento se manifiesta acompañado de fatiga, dolor o una leve inflamación en la parte superior derecha de la zona abdominal.

Hígado graso | Foto: Getty Images

Por su parte, frente a ello, el Instituto Nacional de Diabetes explica que ciertas afecciones de salud, como la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2, aumentan la probabilidad de desarrollar esta afección.

Ahora bien, los médicos especialistas recomiendan que si una persona es diagnosticada con hígado graso, esta debe cambiar sus hábitos alimenticios y elegir una dieta saludable rica en granos, vegetales y en frutas. Asimismo, esta debe controlar la ingesta de calorías.

No obstante, cabe destacar que el hígado es el órgano interno más grande del cuerpo, tiene un tamaño similar al de una pelota de fútbol americano y se ubica principalmente en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y encima del estómago, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Frente a ello, el sistema de atención médica más grande de San Francisco, Stanford Medicine Children’s Health, se han identificado más de 500 funciones vitales del hígado, pero las más conocidas son:

El consumo de frutas es importante para las funciones del hígado. | Foto: Getty Images
  • Producción de bilis (ayuda a transportar los desechos y a descomponer las grasas en el intestino delgado durante la digestión).
  • Producción de ciertas proteínas para el plasma sanguíneo.
  • Producción de colesterol y proteínas especiales para ayudar a transportar las grasas por todo el cuerpo.
  • Conversión del exceso de glucosa en glucógeno de almacenamiento (este glucógeno más tarde se puede transformarse nuevamente en glucosa para la obtención de energía).
  • Equilibrio y producción de glucosa según fuera necesario.
  • Regulación de los niveles de aminoácidos en la sangre (son las unidades formadoras de proteínas).
  • Procesamiento de la hemoglobina para la distribución de su contenido de hierro (el hígado almacena hierro).
  • La vitamina que ayuda a reducir la grasa en el hígado
  • Conversión del amoníaco tóxico en urea (la urea es uno de los productos finales del metabolismo de las proteínas y se excreta en la orina).
  • Depuración de fármacos y otras sustancias tóxicas de la sangre.
  • Regulación de la coagulación sanguínea.
  • Resistencia a las infecciones mediante la producción de factores de inmunidad y eliminación de ciertas bacterias del torrente sanguíneo.
  • Depuración de bilirrubina (una acumulación de bilirrubina haría que la piel y los ojos se tornen amarillentos).

Ante esta importancia del órgano y su correcto funcionamiento y, sobre todo, ayudar a contrarrestar los efectos negativos que conlleva ser diagnosticado con hígado graso, es importante consumir alcachofa.

En ese mismo sentido, es importante destacar que la alcachofa es una de las verduras más apreciadas en las cocinas, ya que este es un alimento, que además de rico, tiene una versatilidad grande frente a su preparación, pero lo más importante son sus beneficios para la salud.

El hígado graso se combate con una buena alimentación. | Foto: Getty Images

Esta verdura, según el magacín Mundo Deportivo, ayuda a depurar el organismo de toxinas y residuos. Sus propiedades son beneficiosas para el hígado graso o esteatohepatitis no alcohólica porque se encargan de limpiarlo.

El aumento en ingesta de este alimento ayudará a reducir las inflamaciones y la grasa que el órgano tiene. No obstante, no hay que dejar atrás cambiar los hábitos alimenticios.

Cabe recordar que la información suministrada en el contenido anterior no sustituye la asesoría médica y, por su lado, lo mejor que se puede hacer es consultar a un experto de la salud.