El hígado graso es una patología que no suele presentar síntomas evidentes que sirvan para diagnosticarlo con facilidad. Las personas que lo padecen, escasamente presentan síntomas como cansancio y malestar estomacal. El tratamiento y seguimiento de esta enfermedad debe estar a cargo de un profesional de la salud y quien, con frecuencia, realiza un diagnostico con exámenes exhaustivos.
El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, es una condición que se produce cuando los ácidos grasos y triglicéridos se retienen de forma excesiva en las células hepáticas.
El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo. Tiene como función ayudar a digerir los alimentos, ayudar a almacenar la energía y a eliminar las toxinas del cuerpo. Aunque se desconocen las causas del hígado graso, los especialistas han detectado que es más común en personas que tienen: diabetes tipo 2 y prediabetes, obesidad, mediana o avanzada edad, se presenta en quienes padecen de colesterol alto o presión arterial alta, toman corticoides, tienen trastornos metabólicos o pierden peso de manera rápida.
Cáscara de limón
Esta infusión ayudará a promover la digestión. Evita la obesidad y disminuye la acumulación de toxinas y líquidos. Para su preparación: agregar una cáscara de limón en una taza de agua hirviendo, dejarla reposar por 15 minutos, colar e ingerir. Se puede consumir una taza de infusión en ayunas y antes de cada comida, durante tres semanas continuas.
Té verde
Es un bebida diurética y por ende es ideal para eliminar las toxinas del cuerpo, aunque la ideal es consumirlo en ayunas. Además, es antioxidante y se puede consumir de modo regular, pero sin exceso.
Tomillo
Uno de los principales usos del tomillo en la medicina natural es el de antibiótico natural, ya que ayuda a controlar y aliviar los síntomas del resfriado común, como malestar general, tos, dolor de cabeza y de garganta.
Para obtener los beneficios, el tomillo se puede consumir en infusión y para prepararla se debe hervir una taza de agua y se le agrega una cucharada de tomillo y se consume dos veces al día. Estas son dos formas de preparar tomillo.
Hinojo
El hinojo contiene vitaminas del grupo B (B3, B6 y B9 o ácido fólico), vitamina C, potasio, fósforo, hierro, calcio y magnesio, lo que lo hace versátil a la hora de brindar beneficios al organismo.
Las semillas de hinojo tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Además, un estudio de la Universidad Umm Al-Qura (Arabia Saudí) y citado por el portal reveló que “ayudan a reducir la acumulación de lípidos”.
Alcachofa
La alcachofa contiene fibras naturales y sustancias antioxidantes que promueven la limpieza de este órgano. Para su preparación: verter tres tazas de agua en una olla y poner a hervir a fuego alto. Agregar una alcachofa triturada y dejarla a fuego medio durante tres minutos. Dejar reposar la bebida y consumir tres veces al día (antes de cada comida).
Diente de león
Las propiedades depurativas del diente de león facilitan el tratamiento del hígado graso, ayudando a evitar molestias y problemas inflamatorios. Para su preparación: hervir una taza de agua y agregar una cucharadita de diente de león. Dejar reposar por 15 minutos, colar y servir. Consumir con moderación, se pueden tomar de dos a tres tazas de la infusión durante dos semanas continuas.
Para evitar un consumo excesivo de cualquiera de estas plantas, lo recomendables es consumir una dosis diaria y de esta forma evitar la aparición de efectos secundarios.