El hígado es un órgano clave para ayudar al cuerpo a eliminar toxinas. Puede verse como un sistema de filtrado que ayuda a eliminar los subproductos nocivos y al tiempo aporta para que el organismo retenga los nutrientes de los alimentos que consume.
Los problemas hepáticos pueden ser causados por una variedad de factores que dañan el hígado, como los virus, el consumo de alcohol y la obesidad.
Además, existen muchos tipos de enfermedades hepáticas: enfermedades causadas por virus, como la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C; enfermedades causadas por drogas, venenos o toxinas, o por ingerir demasiado alcohol. Los ejemplos incluyen enfermedad por hígado graso y cirrosis, cáncer de hígado, enfermedades hereditarias como hemocromatosis y la enfermedad de Wilson.
Los síntomas de la enfermedad hepática pueden variar, sin embargo los más comunes, y por los que se debe prestar atención, según Mayo Clinic, son:
- Tendencia a formar moretones con facilidad.
- Pérdida del apetito.
- Hinchazón y dolor abdominal.
- Náuseas o vómitos.
- Picazón en la piel.
- Fatiga crónica.
- Orina de color oscuro.
- Color pálido de las heces.
Así mismo, según el portal El Médico Interactivo, “un estudio epidemiológico a gran escala en China ha identificado vínculos entre la exposición a largo plazo a la contaminación del aire ambiente y la enfermedad del hígado graso metabólicamente asociada”.
Dicha investigación asegura que respirar contaminantes atmosféricos puede aumentar el riesgo de padecer hígado graso, por lo que una epidemia de esta afección podría deberse a los cambios ambientales, especialmente, en los países asiáticos.
Acompañado de la gran contaminación, aquellas personas que fuman, beben alcohol o llevan una dieta rica en grasas, tienen más riesgo de desarrollar una enfermedad hepática.
Xing Zhao, doctor de la Escuela de Salud Pública de China Occidental, sugirió sobre los próximos estudios que se hagan, que se “exploren si el momento, la intensidad y la forma de la actividad física pueden mitigar los efectos nocivos de la contaminación atmosférica”.
Por lo anterior, es importante mantener hábitos que eviten las enfermedades hepáticas o regulen los síntomas para quienes padecen hígado graso. También, hay una variedad de medicamentos químicos o naturales, recetados por el doctor, que pueden ser usados con constancia.
Algunos hábitos que pueden evitar enfermedades hepáticas, según el medio especializado en salud Pleni Lunia son:
- Si se sufre de sobrepeso o diabetes se debe consultar al médico de cabecera para evitar daños en el hígado derivados de dichos padecimientos.
- Beber alcohol moderadamente.
- Tomar agua diariamente y en abundancia.
- Evitar el consumo de azúcar excesivo.
- Consumir porciones de frutas y verduras diariamente.
- Vacunarse contra la hepatitis B.
- Hacerse chequeos regulares que descarten afecciones derivadas del hígado como fibrosis, cirrosis, hepatitis B o C.
También es importante ejercitarse regularmente para mantener un estado físico saludable. Según la Fundación canadiense para la salud hepática, citada por el medio Mejor con Salud, el ejercicio constante es imprescindible para conseguir un hígado sano, limpio y fuerte.
Por ello, el medio aconseja que cada día se dedique entre media hora y una hora a los ejercicios aeróbicos: salir a caminar, nadar, montar en bicicleta, correr a ritmo moderado-bajo, bailar y hacer aeróbicos.