Uno de los órganos más importantes del organismo es el hígado, pues es el encargado de eliminar las toxinas, almacenar nutrientes y digerir grasas. Además, trabaja en la depuración de la sangre. Entre sus funciones, el hígado también es clave en procesar la glucosa proveniente del metabolismo de los carbohidratos a nivel intestinal, esto con la finalidad de producir la energía que el cuerpo requiere.
Sin embargo, esta parte del cuerpo está expuesta a enfermedades como las hepatitis A, B y C, que normalmente son causadas por virus. El exceso de alcohol o de drogas también lo afectan, según indica el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos.
Sin embargo, este órgano está expuesta a enfermedades como las hepatitis A, B y C, que normalmente son causadas por virus. El exceso de alcohol o de drogas también lo afectan, según indica el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos.
Así las cosas, la enfermedad de hígado graso se divide en dos tipos: uno se denomina como enfermedad del hígado graso no alcohólico y el otro es la enfermedad del hígado graso por alcohol, también llamada esteatosis hepática alcohólica.
Entre tanto, los síntomas de la enfermedad hepática pueden variar. Sin embargo, los más comunes, y por los que se debe prestar atención, según Mayo Clinic, son:
- Tendencia a formar moretones con facilidad.
- Color amarillento en la piel y los ojos (ictericia).
- Pérdida del apetito.
- Hinchazón y dolor abdominal.
- Náuseas o vómitos.
- Picazón en la piel.
- Fatiga crónica.
- Orina de color oscuro.
- Color pálido de las heces.
Para tratar este tipo de afecciones, es importante acudir al médico para diagnosticar el tipo de hígado graso que se tiene y el tratamiento a seguir.
Por lo general, las indicaciones recomendadas son incluir una dieta baja en grasa, restringir el consumo del alcohol, entre otras. Adicional a ellos, los expertos en salud aconsejan consumir frutas y verduras con un índice glucémico bajo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud aconseja consumir 400 gramos de estos alimentos diariamente para mantener una buena calidad de vida.
En ese sentido, la revista Mejor con Salud destaca las propiedades del tamarindo, un fruto rico en fibra, que es muy recomendado para las personas que desean perder peso y para quienes quieren tener un hígado saludable. Asimismo, un estudio de 2014 concluyó que esta fruta también se destaca por sus propiedades antioxidantes, pues cuando las células se dañan porque los nutrientes no se descomponen de manera adecuada y se acumula la grasa en el hígado, los antioxidantes ayudar a proteger a las células de dicho daño.
Además, cabe destacar que el tamarindo es un fruto con un alto contenido de vitamina A, magnesio, hierro, potasio y calcio, se considera un aliado para la salud. Por su parte, el portal Su médico también destaca sus nutrientes para la protección del hígado, pues otro estudio realizado por Universidad Médica de Hayan, señaló que el consumo de tamarindo previene el desarrollo del hígado graso.
Normalmente, este superalimento se puede preparar en té, tan solo dejando hervir dos trozos de esta fruta en agua, refrigerándola y, más tarde, bebiéndola. Se recomienda no endulzar y también es posible comer la fruta en trozos.
Hábitos para mantener un hígado sano
El medio especializado en salud Pleni Lunia ha listado una serie rutinas que pueden evitar enfermedades hepáticas:
- Si se sufre de sobrepeso o diabetes se debe consultar al médico de cabecera para evitar daños en el hígado derivados de dichos padecimientos.
- Beber alcohol moderadamente.
- Tomar agua diariamente y en abundancia.
- Evitar el consumo de azúcar excesivo.
- Consumir porciones de frutas y verduras diariamente.
- Vacunarse contra la hepatitis B.
- Hacerse chequeos regulares que descarten afecciones derivadas del hígado como fibrosis, cirrosis, hepatitis B o C.