La enfermedad del hígado graso se presenta cuando se acumula mucha grasa en las células hepáticas y está muy relacionada con la obesidad, la diabetes tipo 2 y otros trastornos que se caracterizan por la resistencia a la insulina, precisa el portal Healthline.
Si bien en muchas oportunidades esta afección se genera por la ingesta excesiva de alcohol, la mayoría de las veces este hábito no tiene nada que ver y en este caso se le conoce como el hígado graso no alcohólico o HGNA, el cual es la etapa inicial, pero reversible de la enfermedad hepática.
No obstante, con frecuencia este padecimiento no se diagnostica y cuando esto ocurre es posible que se genere una afección hepática más grave conocida como esteatohepatitis no alcohólica, la cual involucra mayor acumulación de grasa e inflamación que daña las células hepáticas.
“Esto puede provocar fibrosis, o cicatrización tisular, a medida que las células hepáticas son lesionadas repetidamente y mueren”, precisa la citada fuente.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, si bien no se conocen muy bien las causas detrás del hígado graso, lo que los expertos sí tienen claro es que se presenta de forma más común en personas que:
- Tienen diabetes tipo 2 y prediabetes
- Padecen de obesidad
- Son de mediana edad o mayores (aunque los niños también pueden sufrirla)
- Tienen altos niveles de lípidos (grasas) en la sangre, como colesterol y triglicéridos
- Tienen presión arterial alta
- Toman ciertos medicamentos, como los corticoides y algunas medicinas contra el cáncer
- Tienen ciertos trastornos metabólicos, incluyendo síndrome metabólico
- Pierden peso muy rápido
- Tienen ciertas infecciones como la hepatitis C
- Han estado expuestos a algunas toxinas
Normalmente, este es un padecimiento silencioso que tienen pocos o ningún síntoma y para evitarlo los médicos recomiendan perder peso. “Bajar de peso puede reducir la grasa, la inflamación y la fibrosis en el hígado”, precisa la citada institución.
Por ahora no hay medicamentos que hayan sido aprobados para tratar el hígado graso. Los estudios están buscando si uno para la diabetes o la vitamina E pueden ayudar, pero se necesita mayor investigación.
Dado lo anterior y que llevar una alimentación equilibrada y saludable es clave para evitar el sobrepeso y como consecuencia el hígado graso, de forma complementaria es posible recurrir a algunas plantas medicinales que contribuirían con el control de las grasas en este órgano.
Diente de león para el hígado graso
Una de ellas es el diente de león. Información del portal Salud Mapfre, de España, indica que esta planta ejerce acción sobre el hígado y la vesícula biliar, favoreciendo la formación y secreción de bilis, lo que facilita la digestión de las grasas y previene la formación de cálculos biliares. Asimismo, tiene la capacidad de regenerar el mencionado órgano y protegerlo de sustancias tóxicas.
Al respecto, el portal de bienestar y salud Tua Saúde indica que hay evidencia que confirma que algunos componentes como los polifenoles, flavonoides y polisacáridos, que contiene el diente de león, poseen efectos beneficiosos sobre las funciones hepáticas, reduciendo la inflamación y evitando el daño oxidativo.
En esta línea, el sitio web Cuerpo Mente, asegura que el componente esencial de esta hierba es la taraxina, cuyo sabor amargo estimula las funciones hepáticas y biliares, potenciando la formación de bilis, que es el principal instrumento con que cuenta el hígado para deshacerse de los compuestos tóxicos.
Alimentos que benefician la pérdida de grasa en el hígado
Según Healthline, para reducir la grasa en el hígado es importante reducir la ingesta de carbohidratos y evitar la de calorías en exceso y en la dieta se pueden incluir alimentos como los siguientes.
- Grasas monoinsaturadas: las investigaciones sugieren que ingerir alimentos altos en ácidos grasos monoinsaturados como el aceite de oliva, aguacates y nueces puede beneficiar la pérdida de grasa en el hígado.
- Proteína de suero: la proteína de suero ha demostrado reducir la grasa en el hígado hasta en un 20 % en mujeres con obesidad. Adicionalmente, puede ayudar a disminuir los niveles de enzimas hepáticas y brindar otros beneficios en personas con enfermedad hepática más avanzada, dice el mencionado portal.
- Té verde: Se dice que los antioxidantes en el té verde llamados catequinas ayudan a disminuir la grasa en el hígado y la inflamación en personas con la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
- Fibra soluble: algunas investigaciones sugieren que consumir de 10 a 14 gramos de fibra soluble al día puede ayudar a reducir la grasa en el hígado, disminuir los niveles de enzimas hepáticas y aumentar la sensibilidad a la insulina.