Sin lugar a dudas, el hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. Este, después de la piel, es el más grande. Está ubicado en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y por encima del estómago, el riñón derecho y los intestinos. Como aspecto particular, tiene un color marrón rojizo.

La principal función de un órgano como el hígado es la de regular la mayor parte de las sustancias químicas presentes en la sangre. Además, produce una sustancia llamada bilis, la cual tiene la capacidad de ayudar a descomponer las grasas para su posterior digestión y absorción.

Cuando se mantiene un estilo de vida poco saludable, en el que no se práctica ejercicio y se lleva una alimentación insana, el hígado es uno de los órganos que más se ve afectado. Las enfermedades que se puede producir en este son el cáncer de hígado, la cirrosis, la enfermedad de Wilson, los diferentes tipos de hepatitis, la ictericia y la afección del hígado graso no alcohólico.

Hígado. | Foto: GettyImages

Precisamente, esta última enfermedad, el hígado graso no alcohólico (NAFLD), “es un término general para una variedad de afecciones hepáticas que afectan a las personas que beben poco o nada de alcohol. Como su nombre lo indica, la característica principal de la NAFLD es el exceso de grasa almacenada en las células hepáticas”, explica Mayo Clinic, instituto internacional de investigación clínica.

“Algunos individuos con NAFLD pueden desarrollar esteatohepatitis no alcohólica (NASH), una forma agresiva de enfermedad del hígado graso, que se caracteriza por la inflamación del hígado y puede progresar a cicatrización avanzada (cirrosis) e insuficiencia hepática. Este daño es similar al daño causado por el consumo excesivo de alcohol”, agrega la entidad.

Cabe mencionar que los principales síntomas del hígado graso son la fatiga o debilidad y los dolores constantes en la parte superior del abdomen. Además, también se puede generar la inflamación abdominal, tener las palmas rojas y tener los vasos sanguíneos agrandados.

La alimentación es la mejor alternativa que existe para prevenir y combatir el hígado graso, pues es oportuno hacer hincapié que existe una verdura en especial que ayuda a limpiar el órgano en cuestión. Se trata del ajo, uno de los productos naturales más saludables que existen.

El ajo tiene múltiples propiedades beneficiosas para la salud. | Foto: Copyright LUCY LAMBRIEX, 2016

“Este bulbo contiene selenio y alicina, ingredientes perfectos para limpiar el hígado mejorando la activación de las enzimas que promueven la eliminación de toxinas”, afirma sobre el ajo el portal especializado Mejor con Salud.

Como todo alimento, para que sus beneficios se puedan aprovechar de la mejor manera posible, el ajo se debe consumir con moderación.

Más beneficios del ajo

Mundo Deportivo resalta más beneficios del ajo:

1. Es un antibiótico natural. “El ajo actúa como un antibiótico natural. Esto es gracias a que es rico en alicina, una propiedad que actúa como un antibacteriano y que nos ayudará a evitar la proliferación de bacterias en nuestro organismo”, señala.

2. Fortalece el sistema inmune. Así como el limón y la cebolla, el ajo es uno de los mejores alimentos para fortalecer el sistema inmune y prevenir y combatir las enfermedades de tipo respiratorio. Es muy rico en vitamina C, por lo que tiene la capacidad de curar gripes y resfriados comunes.

3. Reduce los niveles altos de colesterol malo. “El ajo es un ingrediente muy poderoso, ya que, actúa regulando los niveles y reduciendo la presencia del LDL. De hecho, en Estados Unidos muchos ciudadanos consumen extractos de ajo para conseguir equilibrar el colesterol”, concluye la plataforma en cuestión.

Ajo.