La alimentación influye de manera directa en la salud de todos los órganos del cuerpo; por eso, se recomienda llevar un plan de alimentación sano y equilibrado que contenga alimentos de todos los grupos con el fin de garantizar que el organismo tenga todos los nutrientes y vitaminas que necesita para su buen funcionamiento.
Para saber que comer y en que cantidades, se sugiere acudir con un profesional de la salud como lo es un nutricionista, este brindará la dieta adecuada para cada paciente, tendiendo en cuenta su edad, su peso y sus condiciones nutricionales.
Con el fin de evitar enfermedades, como el hígado graso, no alcohólico, es conveniente limitar el consumo de productos cargados de grasa trans, alimentos ultraprocesados, con grandes cantidades de azúcar y reducir la ingesta desmedida de alcohol y evitar el consumo de tabaco.
El hígado graso no alcohólico (HGNA) suele ser diagnosticado en pacientes que padecen de sobrepeso crónico y diabetes de tipo 2. El HGNA es la causa más frecuente de enfermedades hepáticas crónicas, como insuficiencia hepática y cáncer de hígado, en Europa y Estados Unidos.
Hasta el momento no existe ningún tratamiento para dicho padecimiento y solo resta cuidarse para evitarlo. El tejido adiposo blanco tiene una notable capacidad para almacenar energía en forma de lípidos, pero cuando un paciente tiene obesidad crónica, y diabetes tipo 2, no es suficiente dicha capacidad; por ende aumenta la concentración de ácidos grasos en la sangre. Lo que quiere decir que la grasa se empieza a localizar y a almacenar en otros lugares, incluido el hígado.
Por lo general, esta patología surge en pacientes que beben poco o nada de alcohol y se produce cuando el hígado no cuenta con la capacidad adecuada para descomponer las grasas que se acumulan allí.
Cómo tratar el hígado graso
El portal de salud, belleza y cuidado personal Mejor con Salud brinda algunas recomendaciones para los pacientes que han sido diagnosticados con dicho padecimiento. Antes de seguirlas se recomienda contar con la aprobación del profesional de la salud que le está haciendo seguimiento a la enfermedad.
- Evitar la ingesta de azúcares simples, carbohidratos refinados, productos ultraprocesados y cargados de grasa.
- Para sustituir los fritos y las grasas nocivas se recomienda ingerir alimentos que contengan grasas saludables (omega-3) como el aguacate y pescados como el salmón, la caballa y el atún. Para determinar las cantidades propicias para cada paciente, lo mejor es consultar con el médico que está tratando dicho padecimiento.
- Se recomienda restringir el consumo de bebidas gaseosas y jugos industrializados.
- Incluso se debe evitar el consumo de jugos de fruta natural, ya que al procesar o licuar la fruta se le quita toda su fibra y solo se concentra el azúcar de la misma que aunque es natura; en grandes cantidades es nociva para la salud y más cuando se le añade azúcar.
- Es usual que los pacientes diagnosticados con dicha patología consuman suplementos de vitamina E; sin embargo, este debe ser aprobado o recetado por el profesional de la salud que le está dando manejo a la enfermedad.