El hígado es el órgano interno más grande dentro del cuerpo y ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas. La enfermedad por hígado graso es una afección en la que se acumula grasa, de acuerdo con Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Asimismo, la biblioteca explicó que la enfermedad de hígado graso, por lo general, se da por afecciones silenciosas, pero cuando hay síntomas se pueden sentir molestias en el lado superior derecho del abdomen y para diagnosticar la enfermedad expertos de la salud realizan algunas preguntas como si se consume alcohol, qué medicamentos se toman y también es probable que soliciten un examen de sangre, incluyendo pruebas de función hepática y análisis de sangre.
“No hay medicamentos que hayan sido aprobados para tratar el hígado graso. Los estudios están buscando si un determinado medicamento para la diabetes o la vitamina E puede ayudar, pero se necesita mayor investigación”, explicó la biblioteca.
De hecho, la enfermedad del hígado graso no alcohólico está relacionada con lo siguiente:
- Sobrepeso u obesidad.
- Resistencia a la insulina, en la cual las células no absorben azúcar en respuesta a la hormona insulina.
- Azúcar alta en la sangre (hiperglucemia), lo que indica prediabetes o diabetes tipo 2.
- Niveles altos de grasas, particularmente triglicéridos, en la sangre.
Por tal razón, si la persona tiene el hígado graso, una de las recomendaciones de los especialistas es bajar de peso, ya que con esto se reduce la grasa, la inflamación y la fibrosis en el hígado. De hecho, la recomendación de MedlinePlus es realizar ejercicio con regularidad, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar mínimo 30 minutos de caminata moderada. Lo vital es que tenga un gasto energético, lo cual será ideal para perder grasa del cuerpo y del hígado.
De igual forma, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló qué alimentos están permitidos y cuáles prohibidos.
Según el portal, los alimentos permitidos son: manzana, pera, piña, durazno, papaya, fresas, mandarina, naranja, limón, ciruela, guanábana; calabacín, rúcula, espinacas, berenjena, lechuga, tomate, cebolla, zanahoria, berro, arroz integral, pan integral, pasta integral, quinoa, avena en hojuelas, huevos, tofu, pollo, pescados de carne blanca, leche y yogur descremado, y quesos blancos como requesón (ricota) y cottage.
Asimismo, señaló que los alimentos prohibidos son: quesos amarillos, queso crema, tocino, cordero, carne de res grasa, piel de pollo, carne de cerdo, chocolate, mantequilla, margarina, arroz blanco, pasta, pan blanco, harina de avena, galletas, helados, dulces en almíbar, mermeladas y jugos de fruta industrializados, como los envasados o en polvo, salsas listas, pasta instantánea, comida rápida, pan de molde, comidas congeladas, jamón serrano, pechuga de pavo, salchicha, mortadela, salami, longaniza, lomo y capicola.
Por otra parte, existen otras recomendaciones para mantener este órgano sano, como limitar la sal y el azúcar. Sin embargo, se debe tener en cuenta que es importante consultar a un experto para que guíe el proceso, ya que de acuerdo con la OMS, la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios.
Hay que señalar que tanto la enfermedad del hígado graso relacionado al alcohol como un tipo de enfermedad del hígado graso no alcohólico (esteatohepatitis no alcohólica) pueden conducir a cirrosis.
“Los médicos pueden tratar los problemas de salud causados por la cirrosis con medicamentos, operaciones y otros procedimientos médicos. Si la cirrosis conduce a insuficiencia hepática, es posible que necesite un trasplante de hígado”, añadió MedlinePlus.