El hígado inflamado, también conocido como Hepatomegalia, es una afección en la que el hígado tiene un tamaño más grande de lo normal. Esta condición puede indicar que se tiene una enfermedad subyacente como cáncer, insuficiencia cardíaca o enfermedad hepática.
Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explica cuatro síntomas que pueden indicar que se padece esta afección. En otros casos puede que no se manifiesten señales.
- Dolor abdominal.
- Cansancio.
- Náuseas y vómitos.
- Color amarillento en la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia).
En caso de presentarlos es importante consultar a un médico para recibir la atención profesional adecuada y el diagnóstico correcto.
El doctor puede realizar algunas preguntas para identificar la afección, indica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
- “¿Notó una llenura o protuberancia en el abdomen?
- ¿Hay algún dolor abdominal?
- ¿Hay alguna coloración amarilla de la piel (ictericia)?
- ¿Tiene vómitos?
- ¿Se presentan heces de un color inusual o heces pálidas?
- ¿La orina parece más oscura de lo normal (color marrón)?
- ¿Ha tenido fiebre?
- ¿Qué medicamentos está tomando, incluso medicamentos de venta libre o herbales?
- ¿Qué tanto alcohol consume?”
La Biblioteca explica que el hígado está presente en muchas funciones del cuerpo humano. Esto quiere decir, que puede verse afectado por diferentes factores. Algunas de las causas del hígado inflamado incluyen:
- Consumo de alcohol (especialmente el consumo excesivo).
- Metástasis de cáncer (diseminación del cáncer al hígado).
- Insuficiencia cardíaca congestiva.
- Enfermedad por almacenamiento de glucógeno.
- Hepatitis A.
- Hepatitis B.
- Hepatitis C.
- Carcinoma hepatocelular.
- Intolerancia hereditaria a la fructosa.
- Mononucleosis infecciosa.
- Leucemia.
- Enfermedad de Niemann-Pick.
- Colangitis biliar primaria.
- Síndrome de Reye.
- Sarcoidosis.
- Colangitis esclerosante.
- Trombosis de la vena portal.
- Esteatosis (grasa en el hígado por problemas metabólicos tales como diabetes, obesidad y triglicéridos altos, también llamada esteatohepatitis no alcohólica o EHNA).
Enfermedades hepáticas
Cáncer de hígado
El cáncer de hígado puede ser un cáncer silencioso, es decir, no presentar síntomas. El más común es el carcinoma hepatocelular y existen otros como el colangiocarcinoma intrahepático y hepatoblastoma, aunque estos últimos son los menos comunes.
“Muchos pacientes que padecen cáncer de hígado tienen cirrosis (formación de tejido cicatrizado causada por el daño al hígado) desde hace tiempo. Los médicos pueden realizar pruebas para detectar cáncer de hígado si un paciente con cirrosis empeora sin razón aparente”, indica la Asociación Americana de Cáncer.
Según indica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la mayoría de los pacientes que tienen cáncer de hígado no presentan signos ni síntomas de la enfermedad en las primeras etapas. Cuando se manifiestan pueden incluir los siguientes:
- Pérdida de peso involuntario.
- Pérdida de apetito.
- Dolor en la parte alta del abdomen.
- Náuseas y vómitos.
- Debilidad y fatiga general.
- Hinchazón abdominal.
- Decoloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia).
Un diagnóstico oportuno es importante para iniciar un tratamiento y disminuir el riesgo de complicaciones mayores de salud. Cuando el tumor no es operable, lo médicos pueden recomendar inyección de etanol en el hígado, congelación del tumor o destrucción del tumor.
Cuando el cáncer ha hecho metástasis, es decir, que se ha diseminado a otros órganos, la alternativa común es la quimioterapia y el tratamiento de la enfermedad en donde se ha expandido.
“En fases avanzadas del cáncer de hígado se opta por un tratamiento paliativo con quimioterapia, ya sea por vía intravenosa u oral. La radioterapia no resulta eficaz en el cáncer de hígado”, indica la entidad de salud Sanitas.