El hígado es el órgano interno más grande dentro del cuerpo y ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas. Al hígado inflamado o agrandado se le conoce como hepatomegalia, y tener un hígado más grande de lo normal es signo de un problema de base, como enfermedad hepática, insuficiencia cardíaca congestiva o cáncer, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Por ejemplo, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, indicó que las cusas podrían ser: consumo de alcohol (especialmente el excesivo); metástasis de cáncer (diseminación del cáncer al hígado); insuficiencia cardíaca congestiva; enfermedad por almacenamiento de glucógeno; hepatitis A; hepatitis B; hepatitis C; carcinoma hepatocelular; intolerancia hereditaria a la fructosa; mononucleosis infecciosa; leucemia; enfermedad de Niemann-Pick; colangitis biliar primaria; síndrome de Reye; sarcoidosis; colangitis esclerosante; trombosis de la vena portal; esteatosis (grasa en el hígado por problemas metabólicos tales como diabetes, obesidad y triglicéridos altos, también llamada esteatohepatitis no alcohólica o EHNA).

No obstante, si se produce un aumento de tamaño del hígado, es posible que no haya síntomas, pero si el aumento de tamaño del hígado es producto de una enfermedad hepática, puede venir acompañado de lo siguiente:

  • Dolor abdominal
  • Cansancio.
  • Náuseas y vómitos.
  • Color amarillento en la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia).
  • Fiebre.
  • Cambio en el color de las heces.
  • Mal sabor en la boca.
  • Problemas digestivos
  • Inflamación en el abdomen y miembros inferiores.

Por tal razón, al igual que con los otros órganos es importante cuidarlo y algunas recomendaciones son:

  • Mantener un esquema de vacunación al día, incluyendo las vacunas contra los diferentes tipos de hepatitis.
  • Utilizar condón en las relaciones sexuales y evitar conductas de riesgo para protegerse frente a la hepatitis y otras enfermedades de transmisión sexual.
  • Lavarse las manos con frecuencia y evitar compartir productos de higiene personal, como rasuradoras, cepillos de dientes, entre otros.
  • Bajo ninguna razón automedicarse y evitar la exposición al uso de químicos y sustancias tóxicas.
  • Evitar el consumo de alcohol.
  • Mantener un peso saludable, esto ayudará a contrarrestar el hígado graso.
  • Realizarse chequeos anuales. Se debe acudir a un internista, gastroenterólogo o a un hepatólogo para que puedan revisar cómo está el hígado.
  • Mantener una alimentación balanceada y evitar excederse con las harinas, frituras y azúcares.

Por su parte, la revista española ¡Hola! indicó que existen algunas bebidas naturales que sirven para depurar el hígado como la infusión de cáscara de limón, ya que es ideal para limpiar el aparato digestivo y del urinario.

Otra manera es tomando té verde, pues es un bebida diurética y por ende es ideal para eliminar las toxinas del cuerpo, aunque la idea es consumirlo en ayunas. Además, es antioxidante y se puede consumir de modo regular, pero sin exceso.

El tomillo también es ideal para depurar el hígado, ya que sus propiedades son variadas: antibacterianas, antiinflamatorias, antifúngicas, expectorantes, digestivas, mucolíticos, antioxidantes, analgésicas, antisépticas, antitusivos o diuréticas.

La alcachofa fue otra recomendación por sus propiedades diuréticas y el diente león también lo sugirió la revista por sus antioxidantes y minerales.

De igual manera, el portal Mejor con Salud reveló que la infusión de perejil y menta ayudaría a depurar el hígado de modo natural, ya que la menta tiene propiedades antiinflamatorias, expectorantes, antisépticas, analgésicas, antibacterianas o antitusivos, entre otras, mientras que solo dos cucharadas de perejil aportan 2 % de calcio, hierro y ácido fólico que necesita el organismo a diario, 12 % de vitamina A, 16 % de vitamina C y más de 150 % de vitamina K, según reseña el diario español AS.