El hígado es el órgano del cuerpo que ayuda a eliminar las toxinas, a digerir los alimentos, también aporta su granito de arena a la hora de almacenar energía, por lo que se considera muy importante en el desarrollo del correcto funcionamiento del cuerpo.
“El hígado regula la mayoría de los niveles de sustancias químicas de la sangre y secreta una sustancia denominada bilis. Esta ayuda a transportar los desechos desde el hígado. Toda la sangre que sale del estómago y los intestinos pasa por el hígado”, explica la organización Stanford Children’s Health sobre las funciones que cumple este órgano.
A reglón seguido, la organización recalca que el hígado tiene unas 500 funciones vitales identificadas, además de procesar la sangre que recibe para separar los componentes y luego crear nutrientes necesarios para el organismo, así como el equilibrio de estos.
Con respecto a los medicamentos que se ingieren, este órgano también ayuda a descomponerlos para que sean más digeribles para el cuerpo.
Las afecciones que puede sufrir este órgano van desde la hepatitis causado por un virus, como el exceso de alcohol o drogas perjudiciales, el cáncer de hígado, las enfermedades hereditarias y hasta los diagnósticos por hígado graso. Se pueden presentar varios tipo de síntomas que revelen cuál de todas se puede estar sufriendo.
Sin embargo, cuando este órgano falla es común que se tengan cambios en la orina, en el color de la piel y los ojos por el nivel de bilirrubina, el dolor en la zona afectada, entre otras. “El término ‘enfermedad hepática’ se aplica a muchas enfermedades que impiden que el hígado funcione o evitan que trabaje bien. El dolor abdominal, el color amarillo de la piel o los ojos (ictericia) o los resultados anormales de las pruebas de la función hepática pueden sugerir que usted padece una enfermedad hepática.”, recalca el portal de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus.
Así entonces, uno de los principales síntomas que se debe tener en cuenta a la hora de tener sospechas de una intoxicación del hígado es la ictericia, es decir, el color amarillento tanto en la parte blanca de los ojos, como en la piel. El segundo sería el dolor abdominal, y en conjunto con estos, el color de las heces y la orina.
Según la organización estadounidense, Mayo Clinic, cuando la orina se torna oscura o de color marrón, esto puede ser una clara señal de afección en el hígado, mientras que las heces suelen producirse del color de la arcilla.
Las náuseas es el otro síntoma presente en una afección hepática, y de esta también pueden resultar los vómitos y, acompañando a estos dos, suelen aparecer la fatiga, el cansancio, la falta de apetito y, por ende, se desarrollo debilidad en el cuerpo, según recalca la organización mencionada. Es de resaltar que, si se afecta una parte de la producción de energía que produce el hígado, algunos de los síntomas mencionados anteriormente se producirán como una consecuencia.
A continuación, la organización estadounidense recalcó otros síntomas importantes, como la fiebre, ya que esta es sinónimo de un combate en el cuerpo contra una infección, según recalca Medline Plus, recordando que esta aparece en conjunto con la acción del sistema inmune y la hinchazón, lo que aseguraría que hay una enfermedad latente en el organismo.