La hipertensión, afección también conocida como tensión arterial alta o elevada, es el principal factor de riesgo para sufrir cardiopatías, encefalopatías, nefropatías y otras enfermedades. Por esa razón, es importante saber de qué se trata y cómo puede reducirse la posibilidad de padecerla.
La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre circulante contra las paredes de las arterias, que son grandes vasos por los que circula la sangre en el organismo. Cuando esta fuerza es demasiado elevada, se considera la hipertensión, explica la OMS.
Según esto, la tensión arterial “se expresa mediante dos cifras: la primera –tensión sistólica– representa la presión que ejerce la sangre sobre los vasos cuando el corazón se contrae o late, mientras que la segunda –tensión diastólica– representa la presión ejercida sobre los vasos cuando el corazón se relaja entre un latido y otro”, señala la organización.
Bajo ese contexto, para establecer el diagnóstico de hipertensión, los expertos toman mediciones dos días distintos y si en ambas lecturas la tensión sistólica es superior o igual a 140 mmHg y la diastólica superior o igual a 90 mmHg, significa que la persona sufre de esta condición.
Sobre qué podría causar esta afección, la Organización Mundial de la Salud indica que hay tanto causas modificables como no modificables. Las primeras están relacionadas comúnmente con dietas poco saludables, es decir, el consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e ingesta insuficiente de frutas y verduras. Asimismo, la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol, y sufrir de sobrepeso u obesidad.
Ahora, entre las causas no modificables, están los antecedentes familiares de hipertensión, la edad (más de 65 años) y la concurrencia de otras enfermedades, como diabetes o nefropatías.
De acuerdo con el médico Javier Moreno, presidente del capítulo de hipertensión arterial de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, la hipertensión arterial es un factor de riesgo muy importante para la enfermedad cardiovascular, que es la primera causa de muerte en el mundo, incluso más que el cáncer, motivo por el que es importante tenga conciencia de este problema.
Por ese motivo, el experto detalla estos cinco consejos para mantener la tensión arterial bajo control.
1. Conocer las cifras. Lo ideal es tener la tensión por debajo de 140/90. Muchos creen que esto es una condición de la población más vieja. Aunque se empieza a ver más en la quinta y sexta década de vida, puede aparecer a otras edades, incluso a los 18 años, por genética o un estilo de vida poco saludable.
2. Tener un tensiómetro siempre en casa. Hay algunos que se consiguen a buen precio y existen tutoriales de 10 minutos para realizar el examen por su cuenta. Sin embargo, si se prefiere, cada vez que se vaya al médico, se puede pedir un examen de tensión arterial para detectar a tiempo la condición. Cabe recordar que la tensión no da síntomas. Por eso se llama “la enfermedad silenciosa”.
3. Cumplir con el tratamiento. Si una persona es hipertensa, lo más probable es que el médico le recete pastillas para bajar la tensión. Es importante cumplir con este para lograr las metas propuestas.
4. Un estilo de vida saludable es más importante aún que el tratamiento farmacológico. Esto incluye el ejercicio, poco alcohol, cero cigarrillo, una dieta rica en frutas y verduras y baja en sal, y reducir y gestionar el estrés.
5. El autocuidado es la clave. La tensión está en las manos de cada persona. Tenerla descontrolada puede dañar otros órganos y propiciar una muerte prematura.