La presión arterial alta es una afección silenciosa que puede provocar problemas de salud graves, por lo que es importante estar pendiente y controlarla. Cambiar los malos hábitos de vida, combinados con métodos naturales, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

El cuerpo puede enviar algunas señales a las que se debe prestar atención, ya que pueden confundirse fácilmente con alertas sobre otras enfermedades; algunas de estas son: dolor de cabeza, mareos o hemorragias nasales; todo ello con mayor frecuencia de lo habitual.

Hay que tener en cuenta que estos signos aparecerán cuando la enfermedad ya está avanzada y no hay vuelta atrás, poniendo en riesgo la vida de quienes los han experimentado, por lo que se debe estar constantemente en alerta ante cualquiera de estos síntomas.

La presión arterial alta no se puede curar, pero se puede aprender a vivir con ella, por lo que los expertos recomiendan realizar cambios en el estilo de vida más saludables que incluyan actividad física controlada y mejores hábitos alimentarios.

Según los especialistas en alimentación y nutrición, una dieta que incluya aceite de oliva no sólo ayuda a prevenir enfermedades como la hipertensión sino que también previene la aparición de diabetes. Este ingrediente contiene polifenoles, compuestos bioactivos que actúan como antioxidantes y antiinflamatorios. Por ello, es recomendable no consumir más de cuatro cucharadas de este extracto al día para prevenir la hipertensión arterial.

Este ingrediente contiene polifenoles, compuestos bioactivos que actúan como antioxidantes y antiinflamatorios. | Foto: Getty Images
Infusión de apio

Esta verdura contiene fitoquímicos y sustancias antiinflamatorias. Adicionalmente, desde hace mucho tiempo se le asocia un efecto diurético, que permite eliminar el exceso de líquido, lo que aumenta la presión arterial en algunos pacientes.

Para hacer esta infusión, simplemente hay que añadir 20 gramos de apio a una cacerola con agua hasta que hierva. Luego espera 15 minutos, cuela y bebe.

Infusión de orégano

Sumado a su uso en la cocina, el orégano también se utiliza en la medicina natural en numerosos remedios caseros destinados a combatir el síndrome metabólico, la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial.

Un valor agregado del orégano es que, al ser una hierba popular, se puede utilizar en la cocina para reducir el consumo de sal. Además, hay estudios que han encontrado una relación entre esta planta y un aumento del colesterol bueno/disminución del colesterol malo, lo que beneficia al sistema cardiovascular.

Adicionalmente, existe una gran variedad de estudios que han encontrado un vínculo entre esta hierba y el aumento del colesterol bueno/reducción del colesterol malo, lo que beneficia al sistema cardiovascular. Se puede utilizar en la cocina para reducir el consumo de sal.

Existe una gran variedad de estudios que han encontrado un vínculo entre esta hierba y el aumento del colesterol bueno/reducción del colesterol malo, lo que beneficia al sistema cardiovascular. | Foto: Krunja Photography

Para hacer esta infusión, simplemente agregue una cucharadita de orégano al agua hirviendo, revuelve y deje reposar durante 15 minutos. Pasado el tiempo indicado, la bebida estará lista.

Es importante tener presente que la sal, también conocida como sodio, tiene que ver con la presión arterial alta. Por tal motivo, es importante moderar la ingesta diaria. Se debe tener precaución al momento de preparar las comidas. Los expertos recomiendan utilizar especias en reemplazo de la sal.

“Incluso una pequeña reducción del sodio en la alimentación puede mejorar la salud cardíaca y reducir la presión arterial alta aproximadamente entre 5 mmHg y 6 mmHg”, explica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

“Incluso una pequeña reducción del sodio en la alimentación puede mejorar la salud cardíaca y reducir la presión arterial alta, aproximadamente entre 5 mmHg y 6 mmHg”, explica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación. | Foto: Nico De Pasquale Photography