La tensión arterial constituye uno de los principales signos vitales, de modo que es esencial para que la sangre pueda circular por los vasos sanguíneos y pueda cumplir su función de llevar a todos los tejidos del organismo el oxígeno.

“La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. La presión arterial es más alta cuando el corazón se contrae, bombeando la sangre, y se denomina presión sistólica. Cuando el corazón está en reposo, entre latidos, la presión arterial baja y es llamada presión diastólica”, explican desde la Fundación Española del Corazón.

La hipertensión arterial provoca más muertes en el mundo que el tabaquismo. Sin embargo, aproximadamente la mitad de la población mundial hipertensa no está controlada en forma adecuada, aun cuando se sabe que el control de la presión arterial reduce en 40 % la incidencia de accidente cerebrovascular y 25 % el infarto de miocardio, según el Consejo de Hipertensión de la SAC (Sociedad Argentina de Cardiología).

Por su parte, la Universidad de Harvard destaca que la presión normal es inferior a 120/80. Sin embargo, previamente, el American College of Cardiology y la American Heart Association señalaban que las pautas de normalidad eran de 140/90.

Ahora bien, hacer ejercicio, una alimentación saludable y reducir el consumo de tabaco y/o alcohol, entre otros, reducen de forma considerable el riesgo de padecer este problema.

Curiosamente, unos métodos a los que se sumarí es darse un baño en aguas termales como método para combatir la prevalencia de la hipertensión, según un estudio realizado por científicos del Hospital Beppu de la Universidad de Kyushu en Japón, que han relacionado el hecho de bañarse en lo que ellos denominan onsen con una disminución de la tensión arterial.

Cabe resaltar que en el país hay más de 27.000 fuentes de salud, de las cuales 3.085 son lugares de aguas termales.

Japón está considerado de esta manera como una de las capitales mundiales del termalismo, al tener casi un 50 % de sus fuentes brotando agua a más de 40ºC. Además, el archipiélago se destaca por ser líder en la investigación científica sobre los beneficios que trae consigo esta práctica.

De hecho, una vez que las personas entren en estas aguas, sus minerales entran en contacto con la piel, abriendo los poros y permitiéndole a esta que absorba todas sus propiedades.

Entre otros beneficios permite la aceleración del metabolismo, liberan la tensión y ayudan a relajarse, ayudan incluso a personas con problemas de piel como dermatitis, psoriasis e incluso algunos tipos de alergia. Todo ello se consigue siempre y cuando no se permanezca por un tiempo excesivo en el agua. No obstante, si las personas padecen de hipertensión o hipotensión, se debe consultar con el médico o especialista para que apruebe el uso de este tipo de aguas.

Sobre el estudio mencionado anteriormente, el profesor de Medicina Interna en el Hospital Beppu y primer autor del estudio, Satoshi Yamasaki, expuso que las aguas termales “son parte de la vida diaria de todos”, especialmente de los ancianos. “Existen instalaciones en todas partes e incluso puedes conectarlos a los servicios públicos de tu hogar”, señaló el experto.

Para el estudio, se analizaron los datos extraídos del historial médico de 11.000 participantes, así como el tipo de onsen (lugar de termales) al que acudían. Más de un tercio de las personas eran mayores de 65 años y su beneficio fue inmediato.

“Quería averiguar si los baños a largo plazo tenían algún efecto preventivo sobre la hipertensión porque investigaciones anteriores habían demostrado que la terapia termal tradicional y los baños termales, son efectivos contra diversas enfermedades, incluida la hipertensión”. En el estudio, los resultados fueron muy positivos en las personas mayores de 65 años. Además, indicó que la presión alta supone “la principal causa de visitas al hospital en Japón y del uso de medicamentos a largo plazo”.