Los hongos son organismos heterotróficos, es decir, que para alimentarse requieren transformar compuestos orgánicos, los cuales obtienen por medio de sus paredes celulares, a través de un proceso de absorción. Los hongos tienen características propias que los distinguen de las plantas y animales, por lo que son clasificados en un reino aparte llamado fungi.
Los hongos o champiñones como también se les llama, son reconocidos por ser alimentos con alto valor nutricional, ya que son fuente de fibra, proteínas, vitaminas y minerales. En este alimento destaca el bajo aporte calórico y de grasas.
Los hongos son ricos en vitaminas del grupo B, como por ejemplo: riboflavina o B12, folato o B9, tiamina o B1, ácido pantoténico o B5 y niacina o B3, precisa el portal Salud Digital. Las vitaminas de este grupo son las encargadas de ayudar al cuerpo a obtener energía de los alimentos y a formar glóbulos rojos. También pueden ser importantes para tener un cerebro sano.
Los hongos también son fuente de precursores de vitamina D como el ergosterol que favorecen la absorción de calcio y de fósforo de parte del cuerpo. Contienen también minerales esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, principalmente selenio, fósforo y potasio, y adicionalmente, su contenido en sodio es muy bajo lo que permite utilizar estos productos para dietas con menor contenido en sal.
Según el portal Mejor con Salud, los hongos también contienen germanio orgánico, un mineral que ayuda al cuerpo a oxigenarse de forma eficiente.
Las hipótesis de estudios realizados hasta ahora sobre los hongos indican que podría haber algunas especies que favorecen la salud del sistema inmune. En una investigación publicada por la Sociedad Americana de Nutrición, se concluyó que estos alimentos podían promover la función inmune, incrementando la producción de antivirales y otras proteínas generadas para proteger y reparar tejidos orgánicos. Sin embargo, se requiere de más investigación para tener información concluyente.
Más energía
Las vitaminas B que contienen los hongos son esenciales para convertir en glucosa los carbohidratos que el cuerpo consume, la cual luego es utilizada para obtener energía. Además, estas vitaminas también ayudan a metabolizar grasas y proteínas.
Por otro lado, al ser alimentos ricos en fibra pueden ser incluidos en la dieta, tanto si se busca variarla, como si la persona está en el propósito de bajar de peso. Esto se debe a que ayudan a generar sensación de saciedad.
“Un estudio demostró explícitamente esto al sustituir la carne roja por champiñones en un grupo seleccionado. Al cabo de 12 meses el grupo que había comido hongos comestibles había adelgazado un porcentaje de su peso inicial y también mostraron mejorías en su estructura corporal, como reducción de cintura, además de la habilidad de mantener la pérdida de peso”, precisa el portal Mejor con Salud.
Otros beneficios para la salud están relacionados, por ejemplo, con la prevención del cáncer. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, el contenido de antioxidantes en los hongos puede ayudar a prevenir el cáncer de pulmón, próstata y mama, entre otros.
De igual manera, la fibra, el potasio y la vitamina C que contienen pueden contribuir a la salud cardiovascular. La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), asegura que el potasio puede ayudar a regular la presión arterial, y esto puede disminuir el riesgo de hipertensión y enfermedad cardiovascular.
Por último, los hongos también resultan favorables para las mujeres embarazadas. Muchas de ellas toman suplementos de ácido fólico o folato durante el embarazo para mejorar la salud fetal y los hongos brindan una importante cantidad. El portal Salud Digital indica que una taza de champiñones enteros y crudos contiene 16.3 microgramos (mcg) de ácido fólico.
¿Cómo se pueden consumir?
Una vez adquiridos, lo recomendable es prepararlos para su consumo inmediato, ya que estos alimentos no aguantan mucho tiempo a temperatura ambiente ni en refrigeración. Así que lo ideal es no mantenerlos en la nevera por más de un par de días.
Para consumirlos existen diversidad de recetas que se pueden elaborar con estos productos, gracias a su versatilidad. Se pueden adicionar a ensaladas, prepararse rellenos o guisados, todo depende del gusto del consumidor. La especie también es clave al momento de decidir el tipo de preparación.