Si le ha pasado que no logra impedir que la orina salga a su voluntad, usted ha padecido incontinencia urinaria, que es básicamente una pérdida del control de la vejiga.
Para entender lo que ocurre en el cuerpo, es necesario remitirse a las partes del sistema urinario. La uretra es el conducto que permite que la orina salga del cuerpo, desde la vejiga. Este otro órgano que tiene forma de globo es donde se acumula la orina hasta ser expulsada, que viene de los riñones.
De acuerdo con la página Medlineplus, existen tres clases de incontinencia. La primera de ellas llamada incontinencia urinaria de esfuerzo, que es la que se da cuando la persona realiza ciertas acciones como toser, estornudar, reírse o hacer ejercicio.
La segunda es la incontinencia imperiosa o también llamada de urgencia, que se da ante la necesidad urgente y repentina de orinar inmediatamente, sin embargo la vejiga se contrae y la orina se escapa rápidamente, por lo que la persona no alcanza a llegar al baño.
La tercera clase es la incontinencia por rebosamiento, aquella en que la vejiga no se vacía completamente y la cantidad de orina sobrepasa la capacidad del órgano, ocasionando goteo involuntario de orina.
Hay casos en que por cuenta de una discapacidad, bien sea de tipo física o mental, a la persona se le puede dificultar llegar al baño a tiempo. Además, según los expertos, existe la posibilidad de tener incontinencia urinaria mixta. Se dice que esto ocurre en su mayoría cuando la persona tiene incontinencia de esfuerzo e incontinencia por urgencia.
Son varias las razones por las que se puede presentar una incontinencia urinaria. Desde una obstrucción en el aparato urinario, problemas neurológicos o cerebrales, demencia u otros problemas de salud mental que dificultan el hecho de sentir y responder a las ganas de orinar, como se mencionó.
También puede ser causada por problemas musculares y/o nerviosos, debilidad en los músculos pélvicos o uretrales, una próstata agrandada, en el caso de los hombres, y por la diabetes. Además, el uso de ciertas medicinas, como diuréticos, antidepresivos, tranquilizantes, algunos remedios para la tos y antihistamínicos, que también puede ocasionar este problema.
Otras circunstancias de la vida de una persona que también pueden desencadenar en este tipo de malestar son el aumento de peso, el embarazo y el estreñimiento agravado, que influye en que haya mayor presión sobre la vejiga.
Lo más recomendable ante esta afección es recibir atención médica para determinar, de acuerdo con la clase de incontinencia y a sus condiciones, cuál es el tratamiento apropiado.
En algunos casos se puede requerir cirugía, principalmente cuando otros tratamientos no ayuden a solucionar el problema. Para determinar si la persona requiere de este tipo de intervención, se tiene en cuenta el tipo de incontinencia que padece, qué tan graves son los síntomas y cuáles son las causas que la ocasionan.
Actualmente, existen avances en el tratamiento de la incontinencia, como la aplicación de inyecciones de toxina botulínica, que disminuye las contracciones excesivas de la vejiga.
Paralelo a la ayuda profesional, según Medlineplus, existen ciertas cosas que el paciente puede hacer para ayudar a mejorar su condición. Por ejemplo, se sugiere regularizar las deposiciones para no padecer estreñimiento. Además podría ayudar si deja de fumar, lo que ayudaría a disminuir efectos como la tos y la irritación de la vejiga. Evitar alimentos condimentados, frutas cítricas, bebidas carbonatadas o que contengan alcohol o cafeína pueden tener efecto también sobre la vejiga.
Otra sugerencia a tener en cuenta es lo beneficioso que puede resultar entrenar la vejiga y hacer los ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico.