Cada 2 de junio el mundo entero se une para conmemorar el Día Mundial de Acción contra los Trastornos del Comportamiento Alimentario, una fecha que fue establecida para visibilizar la importancia de la prevención y detección oportuna de estas enfermedades, y para luchar contra la estigmatización que rodean a las personas que sufren estos trastornos.
Asegura la Psicóloga Clínica, Juanita Gempeler, codirectora Científica de Equilibrio, y una de las 2 colombianas que hacen parte de Eating Disorders Research Society; que esta fecha es fundamental para hacer “un llamado a reconocer la diversidad en la forma y el tamaño del cuerpo de las personas. Además, ver y aceptar que cada uno evoluciona a un ritmo diferente”, por eso la importancia del eslogan de este año: ´Gente Real, Recuperación Real´.
Añade, que ante un caso de Trastorno de la Conducta Alimentaria es importante buscar tratamiento “integral y por parte de expertos entrenados en atender este tipo de enfermedades” y que eso implica un equipo interdisciplinario conformado por psicólogos, psiquiatras y nutricionistas.
“La desnutrición afecta tanto el funcionamiento del cerebro, que es difícil concentrarse, pensar con claridad o regular el estado de ánimo. En general, todas las funciones cognoscitivas dependen del estado nutricional, es decir, de lo que comemos. La comida es la medicina más relevante, sin embargo, aunque la recuperación del peso es fundamental, el tratamiento de una persona con anorexia requiere psicoterapia para trabajar en los estilos de pensamiento, la inflexibilidad en el comportamiento y los factores de mantenimiento de los síntomas en el tiempo”, afirma la Dra. Gempeler.
Los Trastornos Alimentarios son enfermedades complejas, causadas por múltiples factores de vulnerabilidad genéticos, neurobiológicos, psicológicos y psicosociales. Los más importantes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones de alimentación.
Se ha observado en todo el mundo un incremento dramático de casos de Anorexia en niñas y niños menores de 13 años, con la agravante, de que los niños y niñas empeoran más rápido su condición de salud, pierden peso rápidamente y terminan en UCI con descompensaciones cardíacas.
La prevalencia de Trastornos de Conducta Alimentaria se ha incrementado en un 25 % en todo el mundo. En Colombia, el 21 % de todos los casos atendidos en el Programa Equilibrio para Trastornos Alimentarios, desde el inicio de la pandemia a la fecha, corresponden a menores de 13 años. La cifra de varones con Anorexia infantil también aumentó de manera significativa después de la pandemia, duplicando la proporción que existía previamente.
La Encuesta Nacional De Salud Mental (Ministerio de Protección Social y Salud, 2015) realizada en más de 13.000 hogares (Población de áreas urbanas y rurales mayores de 7 años), reveló que el 9,3 % de los adolescentes y una proporción similar de adultos jóvenes reportaron algún comportamiento de riesgo para TCA. El 10 % de los adolescentes en peso normal respondieron que hacen dietas no indicadas médicamente para perder peso.
Para la psiquiatra Maritza Rodríguez, codirectora de Equilibrio, esta fecha debe ser aprovechada para analizar dos problemas críticos relacionados con este tema: “el primero tiene que ver con el sub diagnóstico; aún existe una tardanza en la identificación tanto de los comportamientos de riesgo como en el diagnóstico propiamente dicho tanto en médicos generales, pediatras, ginecólogos y nutricionistas. Como consecuencia, se retrasan los tratamientos especializados e integrales”. Añade que existen evidencias científicas que señalan que el retraso en el diagnóstico y el tratamiento empeora el pronóstico.
El segundo problema, asegura la Dra. Rodríguez, tiene que ver con las barreras de acceso a tratamiento. “A pesar de la gravedad de estos trastornos, son pocas las aseguradoras que cubren tratamientos integrales; si se ofrecen consultas de profesionales de la salud mental y nutricionistas de manera desagregada y no coordinados entre sí, se genera retraso en los resultados y un aumento en casos que terminan hospitalizados por complicaciones serias de su salud”. Esto, además, termina incrementando significativamente los costos de la atención en salud.
Es importante hacer un llamado a las personas que tengan un ser querido con alguna de estas enfermedades, para que recurran a equipos multidisciplinarios que trabajen tanto con los pacientes como sus familiares; equipos con recurso humano especializado y entrenado en el manejo de los TCA: psiquiatras, psicólogos y nutricionistas especializados en el manejo de estos trastornos, y que logren integrar sus saberes y competencias.