El infarto fulminante recibe este nombre por la forma en que aparece, que es repentinamente, y que puede causar la muerte en pocos minutos, luego de presentar algunos síntomas. En la mayoría de los casos, quienes sufren de esta afección llegan sin signos vitales a un centro de salud.
“Este tipo de infarto ocurre cuando hay una interrupción brusca del flujo sanguíneo hacia el corazón, y generalmente, es causada por alteraciones genéticas, que provocan modificaciones en los vasos sanguíneos o una arritmia grave. Este riesgo es mayor en personas jóvenes con alteraciones genéticas o personas con factores de riesgo para enfermedades del corazón como el tabaquismo, la obesidad, la diabetes y la presión arterial alta”, explica Tua Saúde, portal especializado en salud.
Algunos de los síntomas que pueden advertir sobre esta afección son similares a los de un infarto.
- Dolor, sensación de peso o ardor en el pecho, que puede ser localizado o irradiarse hacia el brazo o la mandíbula.
- Sensación de indigestión.
- Falta de aire intenso.
En caso de presentar algún síntoma es importante llamar a una ambulancia y pedir atención médica inmediata para disminuir el riesgo de muerte súbita.
“El paciente puede padecer una angina inestable que suele ser signo de muy alto riesgo de infarto agudo de miocardio o muerte súbita. La angina inestable se desencadena igual que el infarto, pero en este caso no existe una oclusión completa de la arteria coronaria por el trombo y no se ha llegado a producir muerte de células cardiacas”, explica la Fundación Española del Corazón.
Factores de riesgo
Cualquier persona puede sufrir un infarto. Sin embargo, algunas características pueden incrementar el riesgo. Las personas que cumplen con alguno o varios de los siguientes factores de riesgo son más propensas a sufrir un infarto:
1. Edad: hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55 años.
2. Consumo de tabaco: la exposición a humo de segunda mano también puede influir.
3. Hipertensión: la presión arterial puede dañar las arterias que conducen al corazón.
4. Colesterol elevado o triglicéridos elevados: los expertos insisten en regular estos lípidos en la sangre, pues el colesterol malo puede estrechar las arterias y los triglicéridos incrementan el riesgo de tener un infarto.
5. Obesidad: la Organización Mundial de la Salud explica que la obesidad y el sobrepeso incrementan el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles como la diabetes, hipertensión, colesterol elevado y de triglicéridos.
6. Síndrome metabólico: Este síndrome es cada vez más común en las personas. Es importante que al momento de ser diagnosticado con él se inicien cambios en el estilo de vida para evitar complicaciones en el estado de salud. Para que un doctor indique que se tiene este síndrome se deben tener mínimo tres factores de riesgo de los siguientes:
- Una cintura grande: 35 pulgadas o más para mujeres y 40 pulgadas o más para hombres.
- Un nivel alto de triglicéridos: 150 mg / dL o más.
- Un nivel bajo de colesterol HDL: menos de 50 mg / dL para mujeres y menos de 40 mg / dL para hombres.
- Presión arterial alta: 130/85 mmHg o más.
- Un nivel alto de azúcar en sangre en ayunas:100 mg / dL o más.
7. Historial familiar: personas que tengan hermanos, padres o abuelos que hayan tenido un infarto antes de los 60 años.
8. Sedentarismo: no ejercitarse regularmente, no es saludable. La Organización Mundial de la Salud recomienda hacer actividad física de cualquier forma, ya sea caminando, practicando un deporte favorito, bailando, etc.
9. Drogas ilegales: el consumo de cocaína y metanfetamina pueden causar un espasmo de la arteria coronaria y provocar un infarto.
10. Alimentación no balanceada: una dieta que no sea saludable con contenido elevado de azúcar, alimentos procesados, grasas trans y demasiada sal no solo puede causar un infarto sino otras complicaciones de salud.