La miel proviene de las abejas, es un fluido natural dulce que se encuentra con frecuencia en la alacena de los hogares. Posee nutrientes como calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, zinc, fósforo y potasio, además de aminoácidos, ácidos orgánicos, vitaminas B, C, D y E, y antioxidantes.

Son diferentes las propiedades que se le atribuyen a la miel, siendo –sin lugar a dudas– sus virtudes para el manejo de las infecciones respiratorias unas de las más comunes. De acuerdo con una revisión de estudios publicados en línea el 18 de agosto de 2020 por BMJ Evidence-Based Medicine, citada por Harvard Health Publishing, una cucharada de miel podría tener la capacidad de reducir los síntomas de una infección del tracto respiratorio superior.

Explica que las infecciones de las vías respiratorias superiores, como es el caso de los resfriados, son enfermedades virales que afectan la nariz, la garganta, la laringe y las vías respiratorias grandes que van a los pulmones. Congestión nasal, congestión, dolor de garganta y tos son los signos y síntomas más comunes que desarrolla esta patología.

En ese sentido, al revisar 14 estudios de casi 1.800 personas con infecciones de las vías respiratorias superiores tratadas con miel o métodos habituales (antihistamínicos, expectorantes, antitusígenos y analgésicos), los investigadores lograron evidenciar que la miel pareció mejorar los síntomas (especialmente la frecuencia y la gravedad de la tos) y, en algunos casos, acortar la duración de los síntomas en uno o dos días.

Pese a esta buena nueva, Harvard Health Publishing deja claro que “los hallazgos fueron solo observacionales y no prueban que la miel sea una cura”. Sin embargo, precisa que la miel tiene propiedades antimicrobianas que no pueden ser desconocidas, por lo que los científicos afirman que en los adultos es una forma inofensiva de abordar los síntomas. Por último, advierte que la ingesta de miel está contraindicada para los niños menores de un año de edad.

¿Qué es una infección respiratoria?

El Ministerio de Salud y Protección Social explica que la “Infección Respiratoria Aguda (IRA) constituye un grupo de enfermedades que se producen en el aparato respiratorio, causadas por diferentes microrganismos como virus y bacterias, que comienzan de forma repentina y duran menos de 2 semanas”.

Señala que se trata de la infección más frecuente en el mundo y representa un importante tema de salud pública en Colombia.

De acuerdo con la cartera de Salud, la mayoría de estas infecciones como el resfriado común son leves, pero dependiendo del estado general de la persona pueden complicarse y llegar a amenazar la vida, como en el caso de las neumonías. “En niños menores de 5 años, la causa de la infección en el 95 % de los casos son los virus, siendo de buen pronóstico, pero un pequeño porcentaje pude padecer complicaciones como otitis, sinusitis y neumonía”, añade.

En palabras del ministerio colombiano, estas son algunas medidas que se pueden tomar para prevenir las infecciones respiratorias agudas:

  • Evitar el contacto con personas con gripa. Los enfermos deben utilizar tapabocas y mantener las manos limpias con un correcto lavado de manos con agua y jabón.
  • Si es un bebé menor de seis meses, suministrar solamente leche materna en mayor cantidad, por lo menos 10 veces al día.
  • Si el niño tiene seis meses o más, proporcionar alimentos recién preparados, de alto contenido nutricional y energético (frutas, verduras y carnes), y seguir dándole leche materna.
  • Evitar el contacto con fumadores.
  • Para aliviar la tos y el dolor de garganta, hay que darle al niño bebidas aromáticas o té. Si es mayor de dos años suministrar miel.
  • Mantener las fosas nasales destapadas, en lo posible aplicar con frecuencia suero fisiológico por ambas fosas nasales limpiando las secreciones.
  • Cuando se vaya a salir a cambios bruscos de temperatura, protegerse y cubrir la nariz y la boca.
  • No suministrar medicamentos, antibióticos o jarabes para la tos a menos que sean formulados por el médico.
  • Lavarse las manos cuando se tenga contacto con secreciones o enfermos con gripa.
  • Ventilar a diario la casa y habitación de los enfermos.
  • Verificar que el esquema de vacunación (niños, niñas, escolares y adultos) esté completo para su edad.
  • La hidratación es la clave para controlar la enfermedad y evitar así mayores complicaciones.