La retención de líquidos, también conocida como edema, se presenta cuando hay un aumento en el volumen del líquido intersticial, es decir, una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos. Normalmente, esta situación suele evidenciarse en los pies, tobillos y piernas, pero puede afectar todo el cuerpo.

La Fundación Española del Corazón explica que entre los síntomas más comunes se encuentran el aumento de peso inexplicable, la hinchazón en las piernas y los tobillos, el aumento del perímetro abdominal y la presencia de hoyuelos en la piel, también conocido como fóvea. Además, también puede registrarse una sensación de pesadez en las piernas.

Los pies hinchados pueden ser el resultado de una lesión o de la retención de líquidos. | Foto: Getty Images

Por su parte, la Clínica Mayo señala que hay muchas causas que pueden desencadenar esta afectación en cualquier edad, aunque suele presentarse con más frecuencia en personas adultas. Algunos casos de edema pueden deberse a permanecer en una posición durante mucho tiempo, comer mucha comida salada, tener el síndrome premenstrual, entre otros.

Asimismo, también puede presentarse como efecto de algún medicamento o el mismo embarazo. Además, hay algunas enfermedades que también pueden ocasionar la retención de líquidos como la insuficiencia cardíaca, cirrosis hepática, insuficiencia venosa, entre otras.

La Fundación Española del Corazón indica que en algunos casos se puede presentar el llamado edema cíclico idiopático, en el que la afectación se produce sin causa conocida.

A pesar de que en un principio la retención de líquidos puede considerarse como un problema menor, esta puede traer serias complicaciones si no se trata de la mejor manera.

Presión arterial

La presión arterial alta se detecta en una consulta médica. | Foto: Getty Images

Por otra parte, MedlinePlus, sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, explica que cuando se habla de presión arterial se hace referencia a la medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo.

En algunas oportunidades se puede presentar hipertensión, también conocida como presión arterial alta, situación que puede conllevar graves afecciones médicas como enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, problemas en los ojos, entre otros.

Dentro de las causas se pueden encontrar factores como la cantidad de agua y sal que tiene la persona, el estado de los riñones, el sistema nervioso o los vasos sanguíneos y los niveles hormonales. Además, el portal resalta que las personas se vuelven más propensas a esta afectación a medida que envejecen.

Frente a los síntomas, ‘MedlinePlus’ explica que en la mayoría de los casos no se presenta ninguno, aunque en ciertas situaciones puede registrarse dolor de cabeza, náuseas, cambios de visión y confusión, aunque esto suele suceder cuando la persona tiene hipertensión maligna, una forma más peligrosa de presión arterial alta.

La infusión que combate estos dos problemas

Esta infusión es muy fácil de preparar y trae grandes beneficios. | Foto: Getty Images

Una parte fundamental para combatir estos problemas es la sana alimentación, aunque hay ciertos productos que las ayudan a prevenir de una mejor manera. En ese sentido, la infusión de agua de pepino con limón puede ayudar en gran medida.

Por un lado, el pepino es un vegetal que contiene potasio, agua y antioxidantes, los cuales ayudan a disminuir la retención de líquidos. Igualmente, este alimento promueve la eliminación del exceso de sodio a través de la orina y aumenta la relajación de las arterias, previniendo de esta forma la hipertensión arterial.

En cuanto al limón, dado a que es rico en flavonoides, los cuales ejercen un efecto inhibitorio en la vasoconstricción de las arterias, ayuda a relajar los vasos sanguíneos y a mejorar el flujo de la sangre. Además, esta fruta es alta en vitamina C, una sustancia relacionada a la disminución de la presión arterial.

¿Cómo se prepara la infusión?

Se debe lavar muy bien el pepino y cortarlo en rodajas ligeramente finas, mismo proceso que se debe realizar posteriormente con el limón. Acto seguido, es necesario servir una jarra de agua y añadir las rodajas, aunque también es recomendable hojas de menta y jengibre para mejorar su sabor.

La mezcla se debe dejar en reposo hasta el siguiente día, tiempo en el que los ingredientes liberarán sus propiedades. Finamente, la bebida ya se podrá consumir.