Las infusiones son bebidas cuyos ingredientes naturales aportan varios beneficios a la salud, ya que sus propiedades hidratantes, antioxidantes y digestivas, entre otras, le ayudan al cuerpo a funcionar adecuadamente.

De hecho, el diario español Mundo Deportivo reveló que el agua de coco sirve para prevenir el envejecimiento y los problemas digestivos porque tiene propiedades hidratantes, antioxidantes, digestivas, hipocolesterolémicas, diuréticas, antifúngicos, desintoxicantes y antihipertensivas.

El agua de coco es rica en potasio y calcio. | Foto: Holger Leue

Además, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde, señaló que “el potasio y magnesio presentes en el agua de coco contribuyen a combatir la mala digestión, acidez y reflujo, siendo una buena estrategia para quien sufre de náuseas y mareos constantes, como embarazadas y personas en tratamiento con quimioterapia. El agua de coco ayuda a limpiar el hidratar el esófago, calmando la irritación causada por acidez gástrica, y de esta forma, las náuseas”.

Adicional, agregó que “el agua de coco está indicada en el tratamiento de la infección intestinal en adultos e incluso en como tratamiento auxiliar en la diarrea en niños, ya que ayuda a reponer el agua y los nutrientes como potasio y sodio, que se pierden en grandes cantidades”.

Asimismo, puntualizó que “el agua de coco puede utilizarse para limpiar e hidratar la piel, además contiene ácido láurico, un ingrediente que ayuda a combatir hongos y en el tratamiento del acné. Una opción es pulverizar un poco de agua de coco como un tónico al finalizar el proceso de limpieza después de lavarse el rostro con jabón, por ejemplo”.

Ahora bien, respecto al consumo, el portal explicó que a pesar de que el agua de coco es natural y saludable se debe evitar el consumo excesivo, ya que esta bebida contiene nutrientes como potasio, sodio y magnesio, que en grandes cantidades pueden desequilibrar las funciones del organismo, pudiendo alterar los latidos cardíacos, por ejemplo.

Por ello, la ingesta de esta bebida debe ser máximo de tres vasos al día en cualquier horario, antes o después de las comidas, y en caso de padecer diabetes, la cantidad recomendada es máximo un vaso al día junto con las comidas para evitar el aumento de glucosa en la sangre.

De hecho, reveló dos recetas para incluir el agua de coco:

Jugo verde con agua de coco

Ingredientes:

  • 200 ml de agua de coco.
  • 2 rebanadas de piña.
  • 2 hojas de col.
  • 1 rebanada pequeña de jengibre.
  • Hielo al gusto.

Preparación:

Mezclar todos los ingredientes en la licuadora. Beber frío, sin colar, y en caso de querer endulzarlo, puede hacerse con un poco de miel.

El agua de coco contiene sus sales minerales y tiene un gran aporte energético. | Foto: Foto: Getty Images.

Limonada con agua de coco

Ingredientes:

  • 400 ml de agua de coco.
  • 6 hojas de menta.
  • 2 limones (limas).
  • Hielo al gusto.

Preparación:

1. En una jarra, agregar el agua de coco, las hojas de menta levemente molidas o picadas.

2. Exprimir el jugo de limón y agregar el hielo.

3. Mezclar todo y servir frío.

El agua de coco también es conocida como agua de coco verde. | Foto: Getty Images

Información nutricional por 100 gramos de agua de coco

  • Energía: 22 calorías
  • Carbohidratos: 5,3 g
  • Fibras: 0,1 g
  • Potasio: 162 mg
  • Vitamina C: 2,4 mg
  • Calcio: 19 mg
  • Fósforo: 4 mg
  • Magnesio: 5 mg
  • Manganeso: 0,25 mg
  • Sodio: 2 mg

Entre tanto, hay que indicar que Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó que el agua de coco es el líquido transparente que se encuentra dentro de los cocos verdes, y a medida que el coco madura, el agua se sustituye por carne de coco.

El agua de coco contribuye a mejorar la capacidad del cuerpo para absorber los nutrientes. | Foto: Foto: Getty Images.

Además, agregó que el agua de coco se denomina a veces agua de coco verde, porque los cocos inmaduros son de color verde.

De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.