El tracto intestinal es uno de los sistemas más sensibles del organismo. Este está compuesto por la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso y el ano.
Sin duda, la alimentación es el factor determinante para que cada uno de los órganos anteriores cumpla su función con normalidad.
Sin embargo, los químicos para la conservación de los alimentos, los productos empacados o inclusive el exceso de algunos naturales causan alteraciones en el rendimiento de tales partes del cuerpo, ocasionando malestares comunes como la gastritis, el síndrome del colon irritable, estreñimiento u otros.
En ese sentido, hay alternativas para cuidar el organismo y nutrientes que contribuyen a regular el tráfico digestivo. Limpiar la flora intestinal o aliviar el estómago después de cada comida son algunos de los retos de la medicina. Y es justo en esa misión que aparece la mandarina como solución.
De manera casi que milagrosa, el cítrico tiene propiedades que le permiten beneficiar los procesos que tienen que ver con la digestión. Asimismo, tiene características que aportan en la reducción de sensaciones como la llenura, la pesadez o la acidez.
Las mandarinas pueden ser la base para una infusión que tiene por lo menos cinco aplicaciones en beneficio del tracto intestinal.
La primera tiene que ver con la reducción en la ingesta de calorías. Y es que, según el portal Healthfully en inglés, la cáscara de esta fruta ayuda a que se eliminen las calorías que están impregnadas ocultamente en algunos alimentos.
Por lo tanto, además de recomendarla como infusión, se puede usar como especia en algunos platos y como sustituto de algunos aderezos que pueden no ser tan saludables. Al reducir la ingesta de calorías, hay beneficios adicionales como perder peso o controlarlo de manera efectiva.
Así, el sitio Cookist ubica a la mandarina como prevención para el cáncer. Nuevamente, las cáscaras aparecen como posibilidad. Contienen altas cantidades de antioxidantes, los cuales ayudan a prevenir la aparición de tumores y presencia de células cancerígenas en la sangre. De hecho, la capa contiene 20 veces más antioxidantes que la pulpa.
Por otra parte, un artículo publicado por la American Chemical Society también considera las cáscaras de la mandarina como uno de los medicamentos naturales más efectivos utilizados para regular el colesterol en la sangre.
La bebida caliente hecha a base de tal nutriente ayuda a la reducción en los niveles de colesterol malo. Esto es posible porque las cáscaras de los cítricos son una rica fuente de flavonoides.
A su vez, se hizo un estudio por investigadores del Instituto de Química Orgánica en Bulgaria, el cual determinó que las cortezas de mandarina pueden regular los problemas en el tráfico intestinal. Ayudan a aumentar la saciedad y mejoran el sistema inmunológico.
La capacidad de ello nace a través de la presencia de pectina de alta calidad, la cual es una fibra dietética soluble, que tiene implicaciones directas en tal sistema.
Finalmente, información extraída del sitio Citrus asevera que los cítricos son frutas altamente alcalinas, lo que les permite colaborar en la desintoxicación del organismo.
Por lo tanto, la infusión de cáscara de mandarina también actúa como un agente depurativo, quiere decir que tiene el poder de hacer que el cuerpo deseche todas las sustancias que no necesita.
En resumen, más allá de su jugoso contenido interior y su rico perfil nutricional, la mandarina se destaca como una opción altamente beneficiosa para la salud digestiva.
Sus propiedades únicas ayudan a regular problemas gastrointestinales, como la indigestión y la inflamación. La presencia de pectina de alta calidad en la cáscara de mandarina actúa como un suave laxante, promoviendo una digestión saludable y aliviando el estreñimiento.
Además, su alto contenido de fibra facilita el movimiento regular de los alimentos a través del sistema digestivo, mejorando la función intestinal y previniendo trastornos como el síndrome del intestino irritable.