Durante los chequeos de rutina en el médico, es común que los profesionales de la salud indaguen por ciertas mediciones que son importantes de monitorear; por ejemplo, la presión arterial, el colesterol y el azúcar en la sangre.
En primer lugar, la presión arterial se refiere a la medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo. Hipertensión es el término médico que se utiliza para describir la presión arterial alta.
“Si se deja sin tratamiento, la presión arterial puede llevar a muchas afecciones médicas. Estas incluyen enfermedades del corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos y otros problemas de salud”, recoge la enciclopedia médica MedlinePlus.
Respecto al colesterol, se trata de una sustancia cerosa que el cuerpo necesita para funcionar correctamente y gozar de buena salud; sin embargo, es necesario que corresponda a cantidades adecuadas, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
El riesgo está en que los niveles poco saludables de colesterol pueden derivar en múltiples problemas para el organismo.
Cuando el colesterol LDL —o malo— adquiere niveles altos deriva en la acumulación de placa en los vasos sanguíneos. En consecuencia, se genera una especie de taponamiento de grasa que, a su vez, aumenta el riesgo de sufrir un ataque al corazón, derrame cerebral u otras complicaciones de salud.
La glucosa en la sangre configura otra medición importante para monitorear la salud general del individuo.
“La glucosa en sangre, o azúcar en la sangre, es el azúcar principal que se encuentra en la sangre. Es la principal fuente de energía de su cuerpo y proviene de los alimentos que consume”, precisa MedlinePlus. Ahora bien, cuando los niveles de azúcar son demasiado altos, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes.
“Con el tiempo, tener demasiada glucosa en la sangre puede causar problemas de salud serios (llamadas complicaciones de la diabetes). Por ello, si tiene diabetes, es importante mantener sus niveles de glucosa en la sangre dentro de su rango objetivo”, explica el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Los beneficios del ajo
El ajo es un ingrediente común en la cocina. Por lo general, se utiliza para potenciar el sabor de diferentes preparaciones; no obstante, también se le atribuyen múltiples beneficios para la salud.
La Fundación Española de Nutrición (FEN) destaca que el ajo es especialmente rico en proteínas, yodo, fósforo, potasio, vitamina B6 y compuestos sulfurados.
“Los efectos que produce el ajo parecen manifestarse, sobre todo, cuando este se ingiere crudo, pero ciertos autores señalan que mantiene sus propiedades tras el proceso de fritura o cocción”, agrega la FEN.
El portal CuídatePlus cita a Miguel Ángel Martínez Olmos, miembro del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quien expuso algunas de las propiedades medicinales del ajo.
Según indicó el experto, los beneficios para la salud que ofrece el ajo “derivan de su riqueza en sustancias antioxidantes”. “Históricamente, fue muy utilizado como remedio de diversas enfermedades. Actualmente, hay datos científicos que apoyan su uso. Se han demostrado ciertos beneficios para el control en las personas con hipertensión arterial, con hipercolesterolemia y con diabetes mellitus tipo 2″, dijo.
Por su parte, Josep Allué, vocal de Plantas Medicinales y Homeopatía del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), resaltó: “El ajo tiene propiedades hipotensoras e hipolipemiantes, mejorando la circulación sanguínea y ayudando a personas con problemas de colesterol. También es un antiagregante plaquetario”.
El portal de salud Healthline sostiene que hay muchas maneras de incluir el ajo en los alimentos para tratar la diabetes, contribuyendo a mantener bajo control los niveles de glucosa en la sangre. Una de ellas es masticándolo crudo, pero tiene la desventaja de que puede ser demasiado fuerte, así que se puede incluir salteado en las comidas o convirtiéndolo en ingrediente principal en la mayoría de los platos.
Si bien es cierto que el consumo de ajo es asociado con un amplio listado de beneficios para la salud, es pertinente mencionar que —por sí solo— no garantiza una efectividad del cien por ciento. Tampoco sustituye bajo ningún concepto el tratamiento médico especializado.