Dormir bien es clave para la salud. Sin embargo, con el paso de los años los patrones de sueño tienden a cambiar y la mayoría de las personas encuentran que el proceso de envejecimiento los lleva a tener dificultades, despertándose con más frecuencia durante la noche y levantándose más temprano en la mañana.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que cuando una persona llega a la vejez le puede costar más quedarse dormida y adicionalmente puede pasar más tiempo total en la cama. “La transición entre el sueño y despertarse con frecuencia es abrupta, lo que hace que las personas mayores sientan que tienen un sueño más ligero que cuando eran jóvenes”, precisa la citada fuente.

Los adultos mayores normalmente pasan menos tiempo durmiendo profundamente y sin soñar. Las personas mayores se despiertan en promedio de tres a cuatro veces cada noche, a la vez que son más conscientes del hecho de estar despiertos.

Los médicos recomiendan que los adultos duerman de siete a ocho horas todas las noches. Sin embargo, esto no siempre se cumple. Además de que las personas mayores se despiertan con más frecuencia porque pasan menos tiempo en el sueño profundo, también tienen necesidad de levantarse a orinar y en muchos casos presentan ansiedad e incomodidad.

Información de la compañía de salud Sanitas, de España, señala otras causas por la que los adultos mayores pueden presentar problemas de insomnio.

Por ejemplo, usar horarios inadecuados de sueño. Las siestas diurnas (a media mañana o después de comer) pueden hacer que por la noche no tengan sueño. Adicionalmente, esta situación puede presentarse por el hecho de que cada día se acuestan o se levantan a una hora diferente.

Otra de las razones del insomnio son las molestias que pueden ocasionar enfermedades degenerativas o crónicas; el consumo de medicamentos, pues “algunas personas mayores suelen estar polimedicadas, y alguno de los medicamentos puede producir insomnio o alteraciones del sueño”, indica Sanitas.

El sedentarismo también puede ocasionar afectaciones, pues no hacer ejercicio fomenta el sueño diurno. El consumo de bebidas como el café, el té o el alcohol, que si se ingieren por la tarde, pueden causar falta de sueño por la noche.

La Biblioteca de Medicina indica que la “privación del sueño con el tiempo puede ocasionar confusión y otros cambios mentales”. De acuerdo con esta institución, los problemas del sueño también son un síntoma común de depresión y por ello lo recomendable es consultar con un especialista con el fin de determinar si la depresión u otro problema de salud está afectando el sueño.

La apnea del sueño, puede ser una de las razones detrás del insomnio de los adultos mayores. Esta es una afección en la que la respiración se detiene por un tiempo durante el sueño y puede causar problemas graves.

Recomendaciones

De acuerdo con el Instituto Europeo del Sueño, “las limitaciones al dormir pueden derivar en pensamientos confusos y falta de coherencia. Por ello es necesario buscar ayuda profesional para tratar, disminuir y corregir estos problemas de sueño”.

Esta institución recomienda evitar medicamentos para dormir sin supervisión médica, especialmente si se trata de personas de avanzada edad que mantienen algún tratamiento por enfermedades de base.

De igual forma, adoptar algunas medidas tendientes a mejorar algunos hábitos. Por ejemplo, tomar una cena ligera horas antes de ir a la cama será de gran ayuda, tratando de no consumir alimentos ricos en carbohidratos ni bebidas estimulantes como el café, el té, chocolates o gaseosas.

Por otro lado, las siestas durante el día no son recomendadas, pues así se puede acumular el cansancio necesario para la noche.

Los adultos mayores también pueden realizar alguna práctica física bajo instrucción profesional en las tardes.

Otro de los consejos es que antes de irse a la cama es importante no ver programas televisivos que alteren las emociones, ni usar pantallas de teléfono. Por el contrario, es mejor leer un libro, escuchar música relajante o meditar.

También favorece el buen dormir, respetar las mismas horas de acostarse y despertar en las mañanas, descansar en una habitación con las condiciones de temperatura e iluminación adecuadas y usar ropa cómoda.