La digestión es un proceso complejo que tiene lugar en el cuerpo humano y que permite la obtención de los nutrientes a partir de los alimentos y la eliminación de los desechos sólidos del organismo. En este proceso se involucran varios órganos, desde que ingresan los alimentos a la boca hasta que cumplen su tránsito digestivo por los intestinos.
Cada uno de los intestinos cumple una función distinta; mientras que el delgado se encarga de extraer los nutrientes de los alimentos, tales como las vitaminas, minerales, agua, grasas, proteínas y carbohidratos, los cuales son filtrados a la sangre, el intestino grueso acumula los residuos que quedan de estas comidas, según explica el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales.
Hay una variedad de afecciones que pueden alterar el rendimiento del sistema digestivo y la salud intestinal, por lo que atenderlas prontamente es vital para no entorpecer el procesamiento de las comidas y el funcionamiento del cuerpo en general. En ese sentido, el diagnóstico temprano de estas enfermedades y el ajuste oportuno en la dieta pueden ser beneficiosos.
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El intestino irritable es una de las condiciones que puede incidir negativamente en el bienestar si no se controla como es debido. De acuerdo con la explicación de Medical News Today, este trastorno daña las paredes de los intestinos, provocando que los desechos tóxicos y los microorganismos se filtren a la sangre, poniendo en riesgo la salud.
Dicho síndrome puede manifestarse de múltiples formas, según señala el portal sobre nutrición Mejor con Salud. Entre las señales de alerta se encuentran los problemas con la digestión, la inflamación, cambios en el estado de ánimo, afecciones dermatológicas, entre otras.
¿Cómo interviene la alimentación en el síndrome de intestino permeable?
Se ha encontrado que la alimentación puede influir en el bienestar físico y emocional de las personas, ya sea positiva o negativamente. Esto se debe a que la comida es la fuente principal de nutrientes esenciales, los cuales intervienen en los procesos internos del cuerpo, como la regulación de las hormonas.
Esta regla no es la excepción en lo que se refiere a la salud intestinal. Como indica un artículo de Laboratoire Optim, la alimentación es determinante para el mantenimiento de la microbiota que reside en los intestinos y que es un elemento fundamental del sistema inmune del ser humano.
Dicho texto menciona que ciertos alimentos no solo pueden alterar el estado de la microbiota, sino que también pueden favorecer el desarrollo del síndrome del intestino irritable. Según indican, entre los alimentos nocivos para la salud se listan aquellos que contienen cantidades excesivas de azúcares añadidos, aditivos, sal o que han sido ultraprocesados para su consumo.
Así como algunas comidas pueden facilitar el daño en la permeabilidad intestinal, otras pueden tener propiedades buenas para proteger la salud de estos órganos, como es el caso de los polifenoles, de acuerdo con el referido portal.
Estos compuestos, según detallan desde Tua Saúde, se pueden encontrar en una diversidad de alimentos, tales como las plantas, verduras y frutas. También se encuentran en ingredientes que se emplean en la elaboración de bebidas como el té verde y el chocolate oscuro. Entre las frutas, se destacan los duraznos, las manzanas y las fresas y los arándanos.
Se ha encontrado que pueden ser beneficiosos gracias a su acción que combate la inflamación y previene la oxidación del organismo y el daño que esta provoca sobre la estructura celular.
Cabe decir que estas cualidades son solo aprovechables como parte de una dieta balanceada. De ninguna manera, este artículo sustituye las recomendaciones de los médicos y previo a realizar cualquier cambio en la alimentación se sugiere consultarlo con el profesional.