La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos y el cuerpo necesita una enzima llamada lactasa para digerir la lactosa, pero cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de esta enzima hay intolerancia a la lactosa, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, la intolerancia a la lactosa es muy frecuente en los adultos y muy pocas veces es peligrosa.
Asimismo, Mayo Clinic, explicó en su página web que los siguientes son factores que pueden hacer que los niños o adultas sean más propensos a tener intolerancia a la lactosa:
- Edad avanzada. La intolerancia a la lactosa suele aparecer en la edad adulta. Esta afección es poco frecuente en bebés y en niños pequeños.
- Origen étnico. La intolerancia a la lactosa es más frecuente en personas de origen africano, asiático, hispano o nativo americano.
- Nacimiento prematuro. Los bebés prematuros pueden tener niveles reducidos de lactasa debido a que el intestino delgado no genera células productoras de lactasa hasta fines del tercer trimestre.
- Enfermedades que afectan el intestino delgado. Algunos de los problemas del intestino delgado que pueden provocar intolerancia a la lactosa son el crecimiento bacteriano excesivo, la enfermedad celíaca y la enfermedad de Crohn.
- Ciertos tratamientos oncológicos. Si has recibido radioterapia contra el cáncer de estómago o presentas complicaciones intestinales a partir de la quimioterapia, tienes mayor riesgo de presentar intolerancia a la lactosa.
Además, los síntomas se presentan entre 30 minutos y 2 horas después de comer o beber alimentos que contienen lactosa y suelen ser: diarrea, náuseas y, a veces, vómitos, cólicos estomacales, hinchazón o gases.
En consecuencia, para evitar las molestias lo que podría hacer es:
- Limitar el consumo de leche y otros productos lácteos.
- Incluir pequeñas porciones de productos lácteos en sus comidas habituales.
- Comer y beber helado y leche con contenido reducido de lactosa.
- Añadir una enzima de lactasa líquida o en polvo a la leche para descomponer la lactosa.
Hay que señalar que son pocas las personas que tienen una intolerancia tan grave a la lactosa que se ven obligadas a eliminar todos los productos lácteos y a tener cuidado con los alimentos o medicamentos sin lácteos que contienen lactosa.
Sobre la misma línea, la biblioteca enumeró unos alimentos que pueden ser más fáciles de digerir como:
- La mantequilla de leche y los quesos (los cuales contienen menos lactosa que la leche).
- Los productos lácteos fermentados, como el yogur.
- La leche de cabra.
- Leche y productos lácteos deslactosados.
- Leche de vaca tratada con lactasa para niños mayores y adultos.
- Fórmulas de soya (soja) para bebés menores de 2 años.
- Leche de soya (soja) o de arroz para niños pequeños.
Cabe resaltar que no tener leche y otros productos lácteos en la dieta puede llevar a una carencia de calcio, vitamina D, riboflavina y proteína y una persona necesita de 1.000 a 1.500 mg de calcio cada día, dependiendo de la edad y sexo.
Por tal razón, algunas medidas que se pueden tomar para obtener más calcio en la dieta son: tomar suplementos de calcio con vitamina D, consumir alimentos que tengan más calcio (como verduras de hoja, ostras, sardinas, salmón en conserva, camarones y brócoli), beber jugo de naranja que contenga calcio agregado.
Tenga en cuenta que debe consultar a un médico si tiene un bebé menor de 2 o 3 años que presenta síntomas de intolerancia a la lactosa, si su hijo está creciendo lentamente o no está aumentando de peso, si usted o su hijo tiene síntomas de intolerancia a la lactosa y necesita información sobre alimentos sustitutos, si los síntomas empeoran o no mejoran con el tratamiento o si desarrolla nuevos síntomas.