Un grupo de investigadores descubrieron una enfermedad que conlleva con la muerte súbita de los bebés. La patología está relacionada con el funcionamiento cerebral.
Investigadores de Eucine Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development (NICHD) identificaron una segunda anomalía en el receptor cerebral del tejido de los bebés, el cual es un factor para la muerte súbita de los bebés lactantes (SIDS).
Por un lado, se identificó que el receptor cerebral se une con la serotonina, una sustancia química encargada de la transmisión de mensajes entre las neuronas. Este compuesto tiene responsabilidad en el estado de ánimo, sueño, digestión y cicatrización de heridas; por lo que es una sustancia fundamental para el organismo.
La anomalía se presenta cuando no funciona con normalidad, sino que afecta a la médula con efectos en la respiración y sueño. Los autores del estudio encontraron que esta situación extrema se evidencia cuando los bebés son incapaces de despertarse y experimentan complicaciones para respirar, a pesar de tener oxígeno.
La causa principal es la constante posición boca abajo para dormir, especialmente cuando la sábana tapa el rostro del bebé.
La muerte súbita e inesperada de un bebé menor a un año es uno de los tipos de muerte en el período neonatal. Por cada mil bebés vivos en el mundo, esta enfermedad corresponde a 0.39 muertes. No se presenta en muchos casos, pero hay que tener cuidado por la facilidad para que ocurra.
Al interior del organismo, la serotonina deja de estimularse con normalidad, por lo que la conexión neuronal se reduce considerablemente. El resultado es que la muerte súbita se torna más probable en los neonatos.
Al no desarrollarse como debe ser, esta sustancia deja de controlar con regularidad la función cardiaca y pulmonar del bebé al dormir. Los efectos se evidencian principalmente en sus horas de descanso.
Los investigadores encontraron alteraciones significativas cuando los bebés duermen boca abajo y obstruyendo la respiración. Por un lado, hallaron que los receptores de serotonina se redujeron considerablemente en siete de cada diez áreas del cerebro. Según los expertos, este fenómeno es una anomalía biológica amenazante para la salud de los bebés.
Los autores plantean la hipótesis de que, en tales casos, es más probable que ocurran muertes por SIDS cuando convergen tres elementos: un período crítico (un período temprano en el desarrollo de la actividad cerebral que rige la función cardíaca y pulmonar), un estrés externo (dormir boca abajo) y una vulnerabilidad subyacente (una anomalía en la región del cerebro que controla la respiración y la vigilia durante el sueño). Es decir, la constancia de dormir en esa posición, es el detonante para el desarrollo de la enfermedad.
Robin Haynes, Ph.D y coautor de la investigación, habló sobre estos resultados y el modo de explorar más en esta enfermedad, debido a que solamente han descubierto la superficie de la muerte súbita.
“Actualmente, no tenemos medios para identificar a los bebés con anomalías biológicas en el sistema serotoninérgico. Por lo tanto, adherirse a las prácticas de sueño seguro sigue siendo fundamental”, dijo el investigador al indicar que en un futuro se comprobará si otros detonantes están relacionados con esta enfermedad.
Gracias a estos resultados, NICHD lanzó la campaña Seguro al Dormir, la cual se centra en que los padres o acudientes de los bebés estén al tanto de la posición que deben tomar los bebés al dormir para evitar la muerte súbita. En este proyecto, emplean herramientas pedagógicas para dar a conocer la enfermedad, generar conciencia e impedir que el síndrome acabe con la vida de más neonatos.