El edema, conocido popularmente como retención de líquidos, es un aumento en el volumen del líquido intersticial, es decir, una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos, de acuerdo con un blog de la Fundación Española del Corazón.
Entre las causas que generan esta anomalía en el cuerpo, según el portal Viva Mi Salud, se puede mencionar el estar demasiado tiempo en la misma posición, dado que, la gravedad puede hacer que los líquidos del cuerpo se arrastren y acumulen en la zona de las piernas y los pies.
Un segundo motivo de la retención de líquidos es consumir en exceso sal y diferentes productos ultraprocesados porque al ingerir de forma desmedida un mineral como el sodio, este puede propiciar un desequilibrio electrolítico que hace que el cuerpo se aferre al suministro de agua existente.
Otra de las causas del edema son los cambios hormonales, ya que, este es un síntoma premenstrual muy común que se debe precisamente a las fluctuaciones hormonales típicas de esta etapa en las mujeres.
Para tratar esta afección, el portal Cocina Vital indica que el jengibre con limón, acompañado de agua caliente puede ser de gran ayuda. No obstante, lo mejor será consultar con un profesional de la salud.
Agua de jengibre más limón
Ingredientes:
- 5 cucharadas de jengibre rallado (50 gramos).
- El zumo de dos limones.
- 6 tazas de agua (1,5 litros).
Preparación:
- Poner las tazas de agua a hervir con el tallo de jengibre pelado y picado.
- Cuando esté en su punto de ebullición, apagar al fuego, sellar el recipiente y reposar la infusión 10 minutos.
- Apagar el fuego y añadir al agua caliente el jugo de limón.
- Retirar la ralladura de jengibre y servir en una taza.
- Se recomienda no tomarla muy caliente y se puede consumir hasta 3 tazas de este té al día.
Remedios naturales para evitar la retención de líquidos
1. Evitar el exceso de sal: la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de cinco gramos de sal por día. Además, toda la sal que se consume debería ser yodada, es decir, enriquecida con yodo.
2. Tomar magnesio: el magnesio se encuentra naturalmente presente en los alimentos y se agrega a ciertos alimentos fortificados como legumbres, nueces, semillas, cereales integrales, hortalizas de hojas verdes (como la espinaca), leche, yogur y algunos productos lácteos.
3. Dietas ricas en proteína: la proteína promueve la retención de líquidos, pero es importante no excederse.
4. Agregar a la alimentación plantas: la ortiga, el diente de león, o los rabos de cereza, pues son diuréticas y antioxidantes.
5. Drenaje linfático: es un tipo de masaje, suave y ligero, que se aplica sobre el sistema circulatorio y cuyo objetivo es movilizar los líquidos del organismo, de acuerdo con el Grupo Sanitas de España.
6. Elevar los pies: cuando se esté sentado o recostado, se recomienda poner la zona afectada en alto.
7. No automedicarse: cuando la retención de líquidos no se trata a tiempo, puede implicar otros problemas como que la zona inflamada tienda a doler y dificultad para caminar. En la piel puede percibirse tirantez, irritabilidad y picazón, lo que causa mayor riesgo de una infección y puede acarrear también problemas de circulación, entre otras dificultades.
Sobre la misma línea, la fundación argentina Mundo Sano explicó que existen cuatro tés que pueden ayudar con la afección.
1. Té verde: tiene una gran cantidad de polifenoles y vitaminas C, A y B, además de minerales como el zinc, selenio y magnesio.
2. Té de Jamaica: tiene alto porcentaje en vitamina C, antioxidantes, minerales omega, flavonoides, vitamina A, fenoles y antocianinas y fibra.
3. Té de perejil: solo dos cucharadas de perejil aportan el 2 % de calcio, hierro y ácido fólico que necesita el organismo a diario, el 12 % de vitamina A, el 16 % de vitamina C y más del 150 % de vitamina K, según reseña el diario español “AS”.