Los jugos son mezclas de una fruta, verdura o de varias que, por su combinación, tienen varios aportes positivos a la salud.
Por ejemplo, el portal Mejor con Salud reveló que el jugo natural para reducir la hipertensión y el colesterol elevado es el de zanahoria, manzana y apio, ya que impiden la oxidación de las células de grasas.
Respecto a las propiedades individuales, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar ‘Tua Saúde’ reveló que “la manzana es rica en pectina, un tipo de fibra soluble, que actúa disminuyendo la absorción de grasas que provienen de la alimentación, como el colesterol y los triglicéridos, que son responsables por el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio, aterosclerosis y derrame cerebral”.
Asimismo, agregó que el apio “por su contenido en saponinas y por su contenido en antioxidantes, el apio ayuda a disminuir el colesterol malo, LDL, evitando así su acumulación en las arterias y, en consecuencia, el desarrollo de aterosclerosis, infarto o ictus. Además, el apio es rico en potasio y tiene acción diurética, además de contener antioxidantes que permiten relajar los vasos sanguíneos, se produce una mejora de la circulación sanguínea y una disminución de la presión arterial”.
Adicional, sobre la zanahoria, indicó que, “por contener betacarotenos, compuestos que actúan como antioxidantes y antiinflamatorios, la zanahoria ayuda a controlar la presión arterial, ya que promueve la salud de las arterias, facilitando la circulación de la sangre”.
Así las cosas, para obtener los beneficios hay que licuar un tallo de apio mediano, un vaso de agua, dos zanahorias pequeñas y dos manzanas pequeñas. En seguida, hay que servir y consumir.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por su parte, para reducir la hipertensión y el colesterol elevado se debe:
1. Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
2. Hacer ejercicio: lo ideal es seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aconseja por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
3. Dejar de fumar: el tabaquismo es una causa principal de enfermedad cardiovascular (ECV) y provoca una de cada cuatro muertes debidas a esta enfermedad.
- A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo.
- A los tres meses de haber dejado de fumar, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar.
- Dentro de un año de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.
4. Si se bebe alcohol, hacerlo con moderación y para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.