La calabaza, también conocida como auyama, contribuye en la salud del corazón gracias a la vitamina C, a la fibra y al potasio; puede ayudar a controlar el nivel de presión arterial alta, y sus semillas son portadoras de zinc y vitamina E, que cuidan el cabello, la salud visual y la piel.

Es rica en calcio, magnesio, vitamina A, vitamina C, vitamina E y betacaroteno, y su consumo aporta pocas calorías y grasas.

La sopa de calabaza con semillas de tomillo ayuda también a mantener una buena salud arterial y ocular. | Foto: Getty Images

Entre las propiedades de este alimento se destaca la capacidad de frenar el desarrollo del cáncer de próstata, según el portal de salud Hogar Manía, que también destaca las propiedades que protegen la salud de los ojos y de enfermedades oculares como las cataratas.

Según el mismo portal, la auyama contiene antioxidantes como el licopeno que ayuda a prevenir el cáncer de próstata, estómago, vejiga, útero y pulmón; incluso su contenido en fibra ayuda a evitar la acidez de estómago y el estreñimiento.

Muchos estudios también han sugerido que comer más alimentos vegetales, como la calabaza, disminuye el riesgo de obesidad y mortalidad general. | Foto: zorani

La afección en el organismo que puede durar por un corto tiempo, considerada una gastritis aguda, o por uno largo tiempo, convirtiéndose en una gastritis crónica, también es una de las enfermedades que ayuda a combatir el consumo de calabaza.

La auyama es baja en calorías (veinte por cada cien gramos), pero rica en vitaminas y minerales, los cuales se encuentran en sus semillas, hojas y jugos. La Fundación Española de la Nutrición (FEN) afirma que se caracteriza por “su carácter digerible, pues entre sus componentes predomina el agua y carece de grasas y glúcidos”.

La auyama también tiene un importante contenido de vitamina C, la cual contribuye en la producción de glóbulos blancos y ayuda en el funcionamiento de las células inmunitarias. Además, beneficia el proceso de curación en las heridas.

La flor de calabaza tiene diversos beneficios medicinales. | Foto: © steve cicero/Getty Images

De hecho, según el portal Hogar Manía, el cobre que posee la calabaza tiene propiedades antiinflamatorias siendo muy positivo su consumo en casos de artritis o asma; también es diurética y por ser rica en potasio previene los cálculos renales y combate la retención de líquidos.

Incluso, el consumo de la auyama contribuye a eliminar las toxinas del intestino, lo que previene de enfermedades como gastritis crónica, colon irritable o cáncer de colon.

Las semillas de la calabaza tienen una gran cantidad de triptófano, un tipo de aminoácido que es el componente básico de un neurotransmisor que mejora el estado de ánimo llamado serotonina. La auyama contienen antioxidantes, como alfa-caroteno, betacaroteno y beta-criptoxantina. Estos pueden neutralizar los radicales libres, evitando que dañen las células de la piel.

Hay una variedad de minerales que se encuentran en las calabazas, lo que las convierte en un componente importante para aumentar la densidad mineral ósea. Muchos estudios también han sugerido que comer más alimentos vegetales, como la calabaza, disminuye el riesgo de obesidad y mortalidad general.

Hay combinaciones que se pueden preparar en batidos para potenciar el incremento de la masa muscular. Foto: Getty Images. | Foto: Getty Images

Batido de calabaza

Ingredientes:

1 trozo de calabaza dulce (200 gr)

1 pizca de sal

1 taza de leche de almendras

1 cucharadita de canela

½ cucharadita de jengibre en polvo

½ plátano maduro

1 vaso de hielo

¼ cucharadita de esencia de vainilla

Endulzante líquido

La preparación del jugo de auyama es muy fácil y su consumo puede ayudar a fortalecer los huesos | Foto: Getty Images
Preparación

- Calentar agua con una pizca de sal en una olla. Colocar encima un colador metálico y dentro, la calabaza pelada y cortada en cubos. Cocer al vapor hasta que esté tierna.

- En el vaso de la licuadora colocar la calabaza, la leche de almendras, el plátano cortado en rodajas, la canela y la vainilla.

- Licuar y triturar durante dos minutos y agregar el hielo y el endulzante a gusto.

- Volver a licuar hasta obtener la consistencia deseada.

- Servir en dos vasos altos.

- La leche de almendras se puede reemplazar por leche descremada.