La enfermedad del hígado graso no alcohólico es un término general para una variedad de afecciones hepáticas que afectan a las personas que beben poco o nada de alcohol, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Asimismo, la entidad sin ánimo de lucro señaló que los expertos no saben exactamente por qué algunas personas acumulan grasa en el hígado mientras que otras no, pero lo que sí saben es que es más común en personas que:

  • Tienen diabetes tipo 2 y prediabetes.
El hígado limpia la sangre y ayuda a la digestión secretando bilis. | Foto: Getty Images
  • Tienen obesidad.
  • Son de mediana edad o mayores (aunque los niños también pueden sufrirla).
  • Son hispanos, seguidos por blancos no hispanos. Es menos común en afroamericanos.
  • Tienen altos niveles de lípidos (grasas) en la sangre, como colesterol y triglicéridos.
  • Toman ciertos medicamentos, como los corticoides y algunas medicinas contra el cáncer.
  • Tienen ciertos trastornos metabólicos, incluyendo síndrome metabólico.
  • Pierden peso muy rápido.
  • Tienen ciertas infecciones como la hepatitis C.
  • Han estado expuestos a algunas toxinas.
El hígado se ubica en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y encima del estómago. | Foto: Getty Images

Asimismo, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explicó que la enfermedad de hígado graso, por lo general, tiene pocos o ningún síntoma, pero cuando hay síntomas se pueden sentir molestias en el lado superior derecho del abdomen y para diagnosticar la enfermedad expertos de la salud realizan algunas preguntas como si se consume alcohol, qué medicamentos se toman y también es probable que soliciten un examen de sangre, incluyendo pruebas de función hepática y análisis de sangre.

Por tal razón, si tras exámenes se detecta hígado graso, una de las recomendaciones de la doctora Verónica Ayala, gastroenteróloga del Hospital Metropolitano es consumir café, pues según el hospital “en los últimos años los científicos han encontrado que el consumo equivalente a tres tazas de café puede ser beneficioso para prevenir el avance del hígado graso”.

La cafeína alcanza su nivel máximo en la sangre una hora después de consumirla. | Foto: Getty

Adicional la experta dijo: “el café pasado no soluble es rico en antioxidantes, lo que hace que sea bueno para el hígado graso, pero el consumo de este en exceso puede provocar efectos dañinos en el cuerpo, por lo que es importante siempre consultar a su médico”.

Así las cosas, en términos de pureza, la recomendación es consumir café en granos o molido, dado que, a diferencia del café instantáneo, este no ha sido sometido a ningún proceso industrial que altere sus componentes aromáticos y nutricionales. Además, tampoco lo mezclan con otro tipo de café de menor calidad con el objetivo de generar más demanda debido a su precio.

No obstante, el portal de salud del Instituto Nacional de Salud de EE. UU. (NIH, por sus siglas en inglés) asegura que los expertos recomiendan que algunas personas eviten la cafeína. Por ejemplo, personas con problemas intestinales como reflujo ácido, personas que tienen problemas para dormir y personas con problemas cardíacos.

Además, Medline Plus indicó que otras personas que deben limitar o evitar la cafeína son:

  • Mujeres embarazadas, ya que la cafeína pasa a través de la placenta al bebé.
  • Mujeres amamantando, ya que incluso una pequeña cantidad de cafeína que se consuma pasa al bebé.
  • Quien tiene migrañas u otros dolores de cabeza crónicos.
  • Cuando se tiene ansiedad.
  • Quienes toman ciertos medicamentos o suplementos, incluyendo estimulantes, ciertos antibióticos, medicamentos para el asma y medicamentos para el corazón.
  • Cuando se es un niño o adolescente. Ninguno de los dos debe tomar tanta cafeína como los adultos. Los niños pueden ser especialmente sensibles a los efectos de la cafeína.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.