Los alimentos o productos que se consumen en las principales comidas del día terminan indicado cómo será el estado de salud de cada persona. Si lo que se ingiere en la jornada es sano, el organismo se mantendrá en óptimas condiciones, preparado para prevenir y combatir ciertos tipos de enfermedades.

Si, por el contrario, lo que se consume durante el día es poco saludable y está cargado de azúcar y grasas dañinas, con el paso del tiempo el organismo se empieza a deteriorar. Además, uno de los principales efectos negativos que sufre el cuerpo es el aumento del azúcar o glucosa en la sangre.

“Los azúcares que se ingieren con los alimentos son transformados por el metabolismo en glucosa. Esta se desplaza a través del torrente sanguíneo hasta alcanzar las células de diferentes tipos de tejido proporcionando la energía que necesitan para funcionar. El ejemplo más claro de este proceso es el del tejido muscular, que necesita de esta energía para realizar el esfuerzo que le exige cada movimiento”, explica el sitio web Sanitas.

“Al producirse con la digestión de los alimentos, los niveles de glucosa en sangre, a los que clínicamente se denomina glucemia, varían a lo largo del día, oscilando entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre. Por la mañana, en ayunas son más bajos y se elevan después de cada comida (glucemia posprandial) y vuelven a descender dos horas después”, incluye el portal.

Expertos señalan que hay un orden a la hora de comer los alimentos para que no se disparen los niveles de azúcar en la sangre. Foto: Getty images. | Foto: Foto: Getty images.

La insulina, hormona excretada por el páncreas, es la que se encarga de controlar los valores del azúcar en el torrente sanguíneo. Cuando se consumen muchos alimentos ricos en esta sustancia, los niveles de la glucosa empiezan a subir muy rápido y la insulina no los logra regular. Clínicamente, esto se conoce como resistencia a la insulina.

Si esto es muy repetitivo, se puede generar una enfermedad crónica y metabólica como la diabetes, la cual, con el paso del tiempo, daña el corazón, los riñones y los vasos sanguíneos. De esta existen tres clases. El primer tipo se da cuando el cuerpo se ataca a sí mismo por error, esto por la no producción de insulina.

En la diabetes tipo 2, el organismo no utiliza de forma adecuada la insulina excretada por el páncreas, por lo que la glucosa en la sangre se acumula y sube sus niveles. La tercera clase es la diabetes de tipo gestacional, que solo afecta a mujeres en estado de embarazo.

Cabe mencionar que los principales síntomas de la diabetes son el incremento del apetito, la debilidad o cansancio, el aumento de la sed, la micción constante, heridas que se tardan en sanar, problemas de visión, infecciones que se curan y vuelven a afectar, entre otras más.

La Organización Mundial de la Salud estima que la diabetes causa más de 1,5 millones de muertes al año. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

De igual manera, es necesario destacar que, como se resaltó en párrafos anteriores, las principales comidas del día son importantes para gozar de buenas condiciones de salud. En esta línea, hay un tipo de cena que ayuda a reducir los niveles altos de la glucosa en la sangre y por ende, a disminuir el riesgo de diabetes.

Esta cena combina un alimento como el huevo y el pan integral para formar un sándwich de huevo. “Debido a que el pan integral retrasa el aumento de la glucosa en la sangre, el sándwich es una opción excelente para una cena saludable. Además, el huevo aporta suficiente proteína para que cumpla con el requerimiento de dicho nutriente”, reseña la plataforma digital Soy Vida.

Cena saludable.

Esta cena se puede consumir hasta 4 veces a la semana. Para ayudar aún más a bajar el azúcar en la sangre, es importante acompañarla con agua.