Las necesidades nutricionales de una persona cambian a lo largo de su vida. No se necesita la misma cantidad de proteína, de fósforo o de calorías de niño que de anciano. Es por ello que los investigadores tratan de prolongar la esperanza de vida sana, es decir, el período libre de enfermedades graves a través de estudios científicos que pretenden identificar el equilibrio óptimo de macronutrientes que promueven la buena salud en cada etapa de la vida.

Dicen que los 40 pueden ser los nuevos 30 gracias a los hábitos más saludables. Sin embargo, cuando se llega a esa edad, tanto las necesidades nutricionales como el metabolismo cambian, por lo que la dieta es clave para mantener un buen estado de salud, no solo físico sino mental.

Según ChatGPT en el año 2050 habría una gran oferta de alimentos producidos a base de vegetales. | Foto: Bing Image Creator

En el caso específico de las mujeres, los cambios se deben a la disminución de las hormonas, la reducción del nivel de actividad y las condiciones médicas, de allí que especialistas recomienden incluir en la alimentación proteínas como carne, pescado, lácteos, legumbres y nueces; carbohidratos, grasas saludables, vitaminas, minerales y agua.

En este sentido, un nuevo estudio con ratones, el cual investiga el papel de las proteínas en las distintas etapas de la vida. Los resultados de trabajo concluyen cuál es la cantidad de proteínas que se debe consumir en la juventud y en la mediana edad para mantener una buena salud metabólica a la vejez.

Cuando se habla de salud metabólica se refiere a los valores de azúcar, triglicéridos y colesterol en sangre, así como a las cifras de presión arterial y perímetro de la cintura, así lo indica la revista Geroscience.

Tener buena salud metabólica, en esencia, equivale a tener un sistema eficaz en el consumo de glucosa y grasas o lípidos, lo que impide su acumulación en el organismo. Una buena dieta es clave tener una buena masa muscular, ya que los músculos son el tejido humano que más energía consume el cuerpo. Por tanto, cuanto más músculo, más calorías quemadas en reposo, menos grasas acumuladas y menos síntomas de envejecimiento biológico.

Foto referencia sobre laboratorio. | Foto: Getty Images

Los científicos que hicieron el estudio, alimentaron a ratones jóvenes (6 meses) y de mediana edad (16 meses) con dietas que albergaban distintos niveles de proteínas durante dos meses. Las dietas contenían un 5%, 15%, 25%, 35% o 45% de proteínas.

Todos los ratones ayunaron durante tres horas antes de colocarle la eutanasia para la recogida y el análisis de los tejidos. Esta investigación determinó los siguientes resultados:

  • Una dieta baja en proteínas provocó el desarrollo de hígado graso.
  • Los ratones de mediana edad mostraron niveles más altos de lípidos, o grasas, en sus sistemas que los ratones más jóvenes.
  • Las dietas moderadas en proteínas redujeron los niveles de lípidos y azúcar en sangre de los ratones.
  • Las cantidades moderadas identificadas en el estudio fueron del 25% y el 35%.
ETS aumentaron en Estados Unidos durante la pandemia | Foto: Thomas Barwick/ Getty Images

Por lo tanto, una dieta moderada en proteínas, entre el 25 y el 35% del total de la ingesta diaria, se asocia con un sistema metabólico eficaz en el consumo de glucosa y lípidos, impidiendo su acumulación en las arterias y en las vísceras.

¿Cuánta proteína es buena ingerir?

Cuando estamos creciendo nos proporcionan los componentes básicos (aminoácidos) para crear nuevos huesos, piel, dientes, músculos, etc. Básicamente, todos los tejidos necesitan proteínas para crecer. Una vez que hemos crecido del todo, las proteínas sirven para sustituir a las proteínas que se descomponen. Este recambio ya durará toda la vida.

Se debe tener en cuenta que la mayoría de las cantidades diarias recomendadas por los organismos oficiales representan la cantidad necesaria de proteínas para evitar la desnutrición, no la cantidad necesaria para gozar de buena salud.

Un buen método para calcularlas es el Indicador de Oxidación de Aminoácidos (IAAO), que sugiere que 1,2 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal es adecuado para hombres jóvenes sanos, hombres mayores y mujeres mayores.