Durante la etapa del envejecimiento se diagnostican diversos padecimientos, ya que los órganos del cuerpo no cuentan con la misma vitalidad; sin embargo, determinadas enfermedades cada vez son más diagnosticadas en la etapa de la adolescencia o la juventud, esto se debe a la ingesta frecuente de alimentos ultraprocesados, cargados de grasa o con un alto contenido de azúcar.
La mejor manera de prevenir enfermedades como la hipertensión, la diabetes o el colesterol es llevando un plan de alimentación sano a lo largo de la vida donde estén presentes alimentos de todos los grupos, a su vez es pertinente realizar actividad física con frecuencia que este acorde a la edad y las condiciones físicas de cada paciente.
El portal de salud y medicina de la biblioteca de Estados Unidos, MedlinePlus, explica que cada vez que el corazón late bombea sangre que se desplaza hacia las arterias. La presión arterial aumenta cuando este órgano transporta el líquido rojo por medio de sus latidos, en un proceso llamado presión sistólica. Cuando el corazón está en reposo, entre latidos, la presión arterial baja y se conoce como presión diastólica.
Para diagnosticar la hipertensión se requieren de chequeos médicos constantes, ya que esta enfermedad, la mayoría de veces, no presenta síntomas.
Según Mayo Clinic, para saber cómo manejar esta patología, las personas son catalogadas en algunos de los siguientes grupos:
- Pre-hipertenso: son personas con presión sistólica de 120 a 129 mm Hg y diastólica por debajo de 80 mm Hg. Todavía no se considera un diagnóstico claro de hipertensión arterial, pero los valores están por encima de los que se catalogan normales.
- Hipertensión arterial de primer grado: cuando la tensión sistólica supera los 130 mm Hg y no pasa de 140 mm Hg, o la diastólica se registra entre 80 y 89 mm Hg; ya hay hipertensión de grado 1.
- Hipertensión de segundo grado: estos pacientes tienen valores repetidos de tensión arterial sistólica superior a 140 mm Hg y de diastólica mayor a 90 mm Hg. Este es un cuadro patológico que puede dañar los órganos vitales a mediano plazo.
El portal de salud, belleza y cuidado personal Saber Vivir menciona que la deficiencia de vitamina K y D puede poner en riesgo a un paciente de padecer la enfermedad antes mencionada. Según el medio “dos recientes estudios confirman que un déficit en estas vitaminas aumenta el riesgo de sufrir hipertensión y cataratas”.
Tener niveles bajos de vitaminas K y D puede aumentar un 62 % el riesgo de sufrir hipertensión arterial, según lo revelaron Investigadores de la Universidad Libre de Ámsterdam, Holanda. Para determinar esto, los científicos analizaron la presión arterial de 402 pacientes entre los 55 a 65 años. Cabe mencionar que cuando se dio inicio al estudio estos tenían la presión arterial en rangos normales.
Durante el proceso los investigadores querían determinar si la deficiencia de vitamina K y D tenía una relación directa con la hipertensión. “Al cabo de 6 años, comprobaron que el 62 % de ellas tenían alta tanto la presión sistólica (popularmente llamada “la máxima”) como la diastólica (“la mínima”)”.
Los profesionales determinaron que consumir alimentos que contengan estas vitaminas puede prevenir la presión arterial elevada, siempre y cuando se acompañe de una ingesta de alimentos sana y equilibrada, del consumo de poca sal y de la práctica frecuente de actividad física.
- Alimentos con vitamina K: este nutriente es necesario para la coagulación de la sangre y también en la producción de osteocalcina, una hormona necesaria para mantener los huesos sanos.
- Los alimentos más ricos en vitamina K son las verduras de hoja verde, como espinacas, acelgas, lechuga, y también las crucíferas, como brócoli, coliflor, col y coles de Bruselas. Especias como el curry, el pimentón y las hierbas aromáticas (tanto frescas como secas). Este nutriente también está presente, en pequeñas cantidades, en diversas proteínas como: la carne, el pescado, los huevos y también en los cereales integrales.
- Alimentos con vitamina D: este compuesto es indispensable para que el cuerpo pueda absorber el calcio, lo que ayuda a prevenir problemas óseos como la osteoporosis.
- La mayor parte de la vitamina D se adquiere de la exposición al sol (10-15 minutos al día basta). También se encuentra en pequeñas cantidades en el pescado azul (atún, salmón, caballa, etc.), y también en los huevos (la yema), lácteos y setas.