Una alimentación sana y equilibrada, y la práctica de ejercicio son las mejores armas para prevenir cualquier tipo de enfermedades, según lo ha demostrado la ciencia con el paso de los años; sin embargo, hay múltiples factores que pueden influir en la aparición de determinadas patologías, entre ellos, se encuentra la genética, lo que significa que algunas personas son más propensas a padecer determinadas enfermedades porque sus parientes más cercanos las desarrollaron.
Cuando se lleva una vida sedentaria y se acostumbra a consumir alimentos ricos en azúcares, grasas trans y saturadas, es muy probable que se desarrollen enfermedades como la diabetes y que se eleven los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
Según explica el portal de salud y medicina Medlineplus cuando una persona padece de diabetes, sus niveles de azúcar (glucosa) en la sangre se encuentran elevados; la glucosa la obtiene el cuerpo a través de los alimentos que se consumen a diario.
“La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre”.
Por otra parte, el mismo portal explica que el colesterol es una sustancia cerosa necesaria en cantidades adecuadas para producir células y hormonas. El cuerpo se encarga de producir toda la sustancia que el organismo requiere; sin embargo, el colesterol está presente en algunos alimentos de origen animal.
Cuando se consumen ese tipo de alimentos en exceso, el cuerpo no puede hacer uso de esa grasa como fuente de energía, por ende, esta se acumula en las arterias, impidiendo la libre circulación de la sangre y en ocasiones detonando enfermedades que pueden perjudicar la salud del corazón e incluso causarle la muerte, al paciente que no cambie de hábitos.
El portal de salud, belleza y cuidado personal Salud 180 menciona la lista de algunos alimentos que deben ser involucrados en la dieta y que pueden prevenir que se desarrollen las patologías antes mencionadas.
Los productos mencionados hacen parte de un plan de alimentación que se conoce como la dieta nórdica; estos hábitos son comunes, entre los habitantes de los países nórdicos, como Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. En ella, se priorizan los alimentos y productos naturales e integrales y se dejan a un lado los procesados y ultraprocesados.
Este plan de alimentación sugiere a los pacientes reducir el consumo de carnes rojas, embutidos, azúcar y productos que lo contengan y evitar el consumo de alcohol; en cambio, según menciona la revista Nutrients, las frutas y las verduras deben ser una prioridad en medio de esta dieta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que se deben consumir cinco porciones de fruta al día, intercalándolas con verduras; lo que indica, que se puede ingerir fruta al desayuno, en la merienda de la mañana y de la tarde, y la verdura puede estar presente tanto en el almuerzo como en la cena.
La dieta nórdica también incluye pescados, lácteos bajos en grasa y carbohidratos complejos que se deben consumir en su estado natural; es decir, sin que tengan conservantes o aditivos. Contrario a la dieta mediterránea, este plan de alimentación sugiere hacer uso del aceite de canola, ya que soporta altas temperaturas y sirve tanto para hornear como para cocinar.
Alimentos que se consumen con frecuencia en la dieta nórdica
- Frutas.
- Moras.
- Vegetales.
- Legumbres.
- Papas.
- Camote.
- Granos enteros (avena, pan y pasta integral).
- Nueces.
- Semillas (girasol, chía, calabaza, entre otras).
- Pescado, mariscos, lácteos bajos en grasa.
- Aceite de canola.