Con el paso del tiempo, los seres humanos experimentan todo tipo de cambios físicos a razón del envejecimiento y uno de ellos es el encogimiento; conforme pasan los años, las personas van perdiendo la estatura que tenían, o al menos se sienten más bajas que antes.
De acuerdo con la investigación del Baltimore Longitudinal Stusy of Aging encontró que las mujeres en promedio perdieron cinco centímetros entre las edades de 30 a 70 años y un poco más de 6,5 centímetros a los 80 años.
Entre tanto, los hombres perdieron un poco más de 1.5 centímetros a los 70 años y cinco centímetros a los 80 años.
De acuerdo con los expertos, las personas pierden la estatura porque los discos de las vértebras de la columna se deshidratan y se comprimen. Una columna vertebral envejecida puede volverse más curva y tienden a colapsar causando fracturas debido a la pérdida de la densidad ósea.
Igualmente, la pérdida de músculo en el torso puede contribuir a tener una postura encorvada.
Además, el aplanamiento gradual de los arcos de los pies pueden causar que una persona pueda sentirse más baja.
Aunque podría pensarse que es un tema de la edad, la pérdida de estatura también puede ser un indicador de problemas de salud y es importante hacerse un chequeo médico.
De acuerdo con el portal Trauma Center, de Valencia, la pérdida de estatura puede preocupar en la medida en que se puede relacionar con una fractura por compresión u otras condiciones esqueléticas.
Estas fracturas también pueden causar un fuerte dolor de espalda y limitar la movilidad de la persona, aunque hay casos en que esto no ocurre y el paciente puede tener la fractura sin saberlo.
Igualmente, varios estudios han podido determinar que las personas mayores de 65 años que han perdido al menos cinco centímetros de estatura tenían un riesgo significativamente mayor de fractura de cadera que aquellas que se encogieron menos.
El portal también asegura que la pérdida de estatura se relaciona con cambios metabólicos y fisiológicos que pueden tener un impacto negativo en la salud.
Para poder prevenir este tipo de daños de la edad se puede hacer ejercicio con pesas; consumir suficiente calcio, vitamina D y otros nutrientes saludables para los huesos; no beber alcohol en exceso; y sobre todo no fumar.
“Un estudio belga más antiguo publicado en Gerontology encontró que las personas que hicieron ejercicio aeróbico moderado a lo largo de su vida se encogieron menos que aquellas que fueron sedentarias toda su vida o que dejaron de hacer ejercicio después de los 40 años.”, explicó el portal.
Es fundamental tener una alimentación muy balanceada, con una adecuada cantidad de proteínas animales o vegetales de alta calidad. Diferentes tipos de pescados y carnes magras son fuentes valiosas de proteína animal; mientras que quinua, soya y lentejas son algunas fuentes de proteína vegetal, precisa el médico Helmer Huerta, en una publicación de AARP, organización estadounidense que atiende a personas mayores de 50 años.
De igual forma, es relevante el desarrollo de actividad física para mantener una función adecuada. “Es considerable recordar que existen dos tipos de ejercicios, los aeróbicos y los anaeróbicos. Los aeróbicos son aquellos que necesitan una gran cantidad de oxígeno para realizarse (correr, nadar, jugar básquetbol, fútbol, etc.). Este tipo de ejercicio es bueno para la salud cardiovascular, pues estimula el funcionamiento del corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos”, explica el especialista.
Por su parte, el anaeróbico requiere más actividad muscular. Para prevenir el envejecimiento muscular es importante que las personas practiquen ambos, pero en especial estos últimos. Por ejemplo, es recomendable hacer los ejercicios diarios de estiramiento, movimientos contra resistencia y uso de pesas para brazos y piernas.