Los seres humanos tienen tres edades: la cronológica, que cuenta los años vividos a partir de la fecha de nacimiento; la biológica, que corre al ritmo del reloj de las células y se establece con pruebas, como la elasticidad de la piel, la presión arterial y la capacidad de los pulmones; y la subjetiva, la que la gente cree tener. Para saberla solo hay que preguntarse qué tan viejo se siente. En los últimos años, la edad subjetiva ha cobrado mayor importancia. Según varios estudios, afectaría la salud más de lo pensado y tendría el efecto de una profecía autocumplida: la edad que una persona siente tener –y no la cronológica– determinaría la edad biológica. Quienes se sienten más jóvenes de lo que dice su cédula tienden a ser más resilientes en términos psicológicos y más sanos fisiológicamente. No solo tienen un mejor desempeño en pruebas de memoria, sino que presentan menor riesgo de deterioro cognitivo. Quienes se perciben más jóvenes tienen mejor salud mental y física que quienes se sienten achacados. Científicos en Corea del Sur mostraron, en un estudio publicado en Frontiers in Aging Neuroscience, que al escanear los cerebros de 68 personas viejas y sanas las que se sentían jóvenes tenían una capa más gruesa de materia gris y menos deterioro cognitivo relacionado con la edad. En otro trabajo, aparecido en la edición de julio de Archives of Gerontology and Geriatrics, un grupo de científicos encontró conclusiones similares con una muestra de 3.000 personas mayores de 65 años: quienes se perciben más jóvenes tienen mejor salud mental y física que quienes se sienten achacados.

Cualquiera argumentaría que ese resultado se explica en que los enfermos tienden a sentir más el peso del calendario. Pero el estudio mostró lo contrario: esa actitud frente a la edad provoca que el individuo asuma comportamientos más saludables, como ser sociable, activo, optimista frente al futuro y abierto a nuevas experiencias. Es un círculo virtuoso: una persona que se cree joven es más activa y, por lo tanto, más sana; en consecuencia, se siente menos vieja de lo que es. Yannick Stephan, profesor de psicología del envejecimiento de la Universidad de Montpellier, encontró que los individuos que celebran los 40 años con esa idea de juventud son menos neuróticos; aprovechan la sabiduría sin perder el vigor y la curiosidad de la juventud. Según Stephan, el efecto es bidireccional, pues una mentalidad joven hace que las personas se sientan mejor, al tiempo que los inspira a practicar más ejercicio y conservar un peso sano. Lo anterior es clave para mantener la materia gris en niveles saludables. Otro trabajo con casi 4.000 personas, publicado en Journal of Personality, encontró que los que sienten que no les pasan los años se quitan de encima esos rasgos característicos de los viejos, como ser apáticos, introvertidos, solitarios y quisquillosos.

Stephan también ha detectado que decirle a la gente lo poco envejecida que está tiene un efecto alentador. En un estudio, los participantes debían hacer una prueba de fuerza que consiste en coger algo. Cuando el instructor les decía a los más viejos que tenían una fuerza de agarre acorde con la de alguien más joven, ellos mejoraban su puntaje. Así sucedió en otro experimento, publicado en la revista Aging and Mental Health, en el cual los participantes mejoraron en temas de memoria al informarles que la suya superaba la de otros de su misma edad. Y como tener mejor salud se traduce en mayor longevidad, los científicos de University College London confirmaron que sentirse en la primavera de la vida evita la llegada de la muerte. En un trabajo que siguió a los participantes por ocho años, los expertos observaron que los que se precian de su juventud tuvieron 40 por ciento menos probabilidad de morir.

Muchos preguntan por el mecanismo que activa este círculo saludable. ¿El envejecimiento está ligado al cerebro? Aún no es muy claro. Expertos como Andrew Steptoe, profesor en University College London, explica que algunos se sienten de menor edad cuando piensan en sus capacidades mentales, otros en las físicas, y otros más en su apariencia. De estas tres, sin embargo, los expertos no saben cuál tendría más impacto positivo. Para algunos se trata de la actitud mental. En un estudio de la revista Journal of Gerontology, la psicóloga Anna Kornadt escribió que la mentalidad que una persona adopte a partir de la edad mediana es crucial: “Entre los 50 y 65 llega la transición entre la adultez y la temprana edad madura, por lo cual este periodo es crítico para identificarse con los modelos de envejecimiento”. Según ella, para encontrarse bien en esta etapa hay que abrirse a nuevas experiencias y aprender de ellas, en lugar de concentrarse en las pérdidas que acompañan a la vejez.

Pero los críticos de esta línea de investigación no están tan seguros de que la edad subjetiva tenga un efecto tan determinante, como lo mostró un estudio en Alemania con personas de 60 años en adelante. A los participantes solo les pidieron caminar por intervalos de tiempo. Quienes lo hicieron más rápido no fueron los que se sentían más jóvenes, sino los que caminaban con mayor regularidad. David Weiss, experto en longevidad de la Universidad de Leipzig, señala que el estudio en este campo solo demuestra la obsesión de la sociedad por la juventud: estas personas cultivarían esa idea de mocedad para seguir vigentes y evitar la huella del tiempo. “Si la vejez no fuera vista de manera negativa, no tendrían siquiera que sentirse más jóvenes”, dijo al diario The New York Times. Mientras la investigación se consolida, dos verdades saltan a la vista: la gente envejece a ritmos diferentes, y todos tienen cierto control en ese proceso al tener hábitos saludables, ser optimistas y no autodiscriminarse por la edad. Por el contrario, reconocer que, aunque hay pérdidas, al final la vejez también ofrece ganancias.  Envejecer joven Cinco recomendaciones para reducir la edad subjetiva. 1. No a la discriminación por edad: Envejecer es malo, piensan muchos, y así se lo manifiestan a los viejos. Pero no deje que esos comentarios lo afecten. Siempre mantenga una actitud positiva frente a su edad. 2. Sea inquieto: La ciencia ha demostrado que quienes se divierten y experimentan tienen una edad subjetiva menor que quienes buscan seguridad en la vejez. Los expertos recomiendan viajar, conocer gente y entender nuevas culturas. 3. Estudie: Tener la meta de aprender algo y cumplirla se conoce como maestría personal. Los estudios señalan que buscarla en esta etapa trae beneficios; usted se siente más joven y eso, a su vez, le aporta bienestar emocional y físico. 4. Cuide sus músculos: La fuerza que tiene al agarrar un objeto indica cómo está la salud de sus músculos. Hay evidencia suficiente para asegurar que hacer ejercicios con pesas para fortalecerlos previene la vejez prematura. 5. Ande con jóvenes: Pasar tiempo con personas de menor edad ayuda a tener una edad subjetiva menor. ¿La razón? Aportan tópicos novedosos que los alejan de las conversaciones sobre enfermedades y achaques.