La tenencia de mascotas, en ocasiones, llega al punto extremo de convertirse en un capricho más allá de realmente ser tomada con la responsabilidad que merece. Si bien la relación entre el ser humano y los animales domésticos se remonta a siglos de antigüedad, esta no puede pasar a un marco en que sea vista como un tema banal.

Por supuesto, no todos los casos son así. Varias personas comprenden la responsabilidad que el cuidado de una mascota demanda y se documentan constantemente para garantizar el cuidado más adecuado.

La realidad frente al tema de las mascotas atraviesa por dos aristas principales: la adopción y la compra de animales de compañía. Mientras que varios colectivos promueven la primera, otros defienden la segunda. Sin importar el caso, es clave tener en cuenta que la adquisición de una mascota equivale a una vida y no a una cosa que puede ser desechada.

En ese sentido, resulta necesario indagar por los cuidados especiales que requieren las mascotas. Las necesidades de los perros, por ejemplo, varían en función de la raza: no será lo mismo, entonces, cuidar de un san bernardo o gran danés que de un pinscher o pug.

La raza, el tamaño, el comportamiento del perro, así como el espacio en que se mantiene y el tiempo que le dedica su cuidador son algunos de los aspectos que influyen en la tenencia de una mascota. Sin embargo, no son los únicos.

¿Factores de riesgo en la salud de los perros?

Es sabido que uno de los pasos a seguir cuando se integra un perro al hogar es completar su esquema de vacunación para evitar enfermedades comunes. Una de ellas, por ejemplo, es el parvovirus canino o parvovirosis, de manera coloquial también llamada “la parvo”. De acuerdo con información del hospital veterinario Survet, “es una enfermedad infecciosa, de tipo vírica, grave y potencialmente letal”.

Así mismo, agrega que el parvovirus puede afectar a los cachorros de perro a partir de las cuatro semanas de vida, “aunque también puede afectar a perros adultos sanos aunque inmunodeprimidos que no hayan sido vacunados contra el virus”.

Pasar por alto la vacunación y creer que los perros crecerán saludablemente por el simple hecho de ser animales es un error que puede influir directamente en la supervivencia de la mascota.

Además de problemas en el desarrollo físico, bajas defensas, problemas de piel, respiratorios o digestivos, los perros también pueden desarrollar afecciones cardíacas que pueden derivar, incluso, en muerte súbitas de cachorros y caninos jóvenes, según lo explica el médico veterinario Juan Lucas Vargas Ortiz, en un artículo publicado en el portal Pulzo.

Un enemigo silencioso

De acuerdo con el Centre Veterinari Del Barri Llatí, aunque ha habido muchos avances en medicina veterinaria y preventiva, es común que perros y gatos desarrollen enfermedades cardíacas desde mediana edad. Además, menciona que el índice de mortalidad por esta causa ha aumentado, por lo que recomienda revisiones constantes para detectarlas oportunamente.

Respecto a los síntomas que podrían alertar una enfermedad cardíaca, estos son algunos a tener en cuenta:

  • Tos persistente.
  • Jadeos, dificultad para respirar.
  • Fatiga, debilidad, intolerancia al ejercicio.
  • Pérdida del apetito.
  • Lengua de color azulado.
  • Desmayos, colapsos.
  • Rápida pérdida de peso.
  • Inflamación del cuerpo o la barriga.
  • Cambios en el comportamiento.

Por otra parte, el Centre Veterinari Del Barri Llatí reseña cuáles son los trastornos cardíacos más comunes en los perros. La lista es encabezada por la enfermedad valvular, ya que, con el paso de los años, las válvulas del corazón se debilitan y comienzan a filtrar sangre cuando el músculo del corazón bombea. “Básicamente, la válvula de salida del ventrículo izquierdo se obstruye dificultando el paso de la sangre, provocando que se hipertrofie el ventrículo para intentar seguir funcionando de manera correcta”, complementa la Clínica Veterinaria Río Seco.

Otras enfermedades a tener en cuenta son la miocarditis, una inflamación del corazón causada por una infección (generalmente bacteriana) que debilita y agranda el músculo del corazón; la enfermedad pericárdica, cuando el saco protector alrededor del corazón se llena de líquido e interfiere con el mecanismo normal del latido, y la arritmia canina, el ritmo cardíaco irregular causado por un problema de control eléctrico del cuerpo.

El desconocimiento de la existencia de este tipo de cardiopatías resulta determinante en el cuidado de una mascota. En ese sentido, es clave acudir a un veterinario ante cualquier signo de alerta para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.