La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, describe los dolores de cabeza, como aquellas molestias que se pueden prevenir con hábitos saludables, incluso manejando el estrés para que el cuerpo se relaje, puesto que algunos trastornos como la ansiedad y la depresión pueden verse relacionados con ellos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que los dolores de cabeza se conocen como cefaleas y son trastornos del sistema nervioso que se distinguen entre migrañas o jaquecas.
Asegura que por los menos “las tres cuartas partes de los adultos de 18 a 65 años han sufrido una cefalea”. Por ejemplo, la migraña suele aparecer en quienes tienen entre 35 a 45 años de edad, siendo las mujeres las más afectadas debido a los cambios hormonales que experimentan. Los signos más comunes son las náuseas, y la intensidad con la que permanece el dolor, prolongándose hasta tres días.
La Clínica Mayo en uno de sus artículos, escrito por el neurólogo, Jerry Swanson, precisa que estos pueden ser subyacentes de enfermedades preexistentes, que afectan la calidad del sueño. Cabe recordar, que dormir es un tiempo en el que el cuerpo se restaura, y el cerebro se renueva de todas las actividades realizadas en el día. A su vez, procesa experiencias.
Entre tanto, es de tal importancia consultar con un doctor, para determinar qué tipo de cefalea se padece y cuál es su debido tratamiento, ya que los dolores no son los mismos.
Una de las características más relevantes de los dolores de cabeza hípnicos, como también se conocen estas cefaleas que aparecen mientras se duerme, es que pueden despertar a la persona en el horario nocturno.
Hipertensión
Es entonces que uno de los síntomas principales, de la presión arterial alta, son los dolores de cabeza, acompañados de la fatiga, y los sangrados nasales.
También llamada hipertensión, esta afección se debe a la fuerza que ejerce la sangre, en los vasos sanguíneos, que de acuerdo con Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), puede ser peligrosa, incluso mortal, porque sus síntomas generalmente no se perciben, aunque se pueden controlar.
Según la entidad americana, la presiona arterial es normal cuando está por debajo de 120/80 mmHg, siendo el primer número la presión sistólica, es decir, los latidos del corazón; mientras que la segunda, es la presión diastólica, que tal y como lo explica AHA es la medición en la cual “el corazón descansa entre latidos”.
Por su parte, la Clínica Mayo enumera los factores de riesgo para que se eleve la presión arterial, como por ejemplo:
- Mayores de 65 años, sin embargo, cualquier persona se puede ver expuesta.
- También quienes están en sobrepeso, ya que como lo explica la entidad, esta condición modifica la estructura de los vasos sanguíneos y otros órganos del cuerpo.
- No hacer ejercicio, porque quienes con regularidad no llevan a cabo una actividad física se ven propensos a subir de peso.
- Consumir excesivamente sal: “el cuerpo puede provocar la retención de líquidos. Esto aumenta la presión arterial”, precisó el centro médico.
- No consumir potasio, este mineral es importante para la salud cardiaca, porque ayuda a nivelar los índices de sodio.
Es de tal importancia mantener la presión arterial nivelada, porque puede terminar -según la Clínica Mayo- en un ataque cardiaco o accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, aneurisma, demencia, entre otros.
En conclusión, es imprescindible precisar que ninguna persona está exenta a sufrir de hipertensión o hipotensión (presión arterial baja), muchos son los factores de riesgo que incrementan las posibilidades de que se desarrollen, por lo que tener hábitos saludables como el ejercicio regular y una buena alimentación reducen el riesgo.