El descanso es una pieza fundamental para la buena salud del ser humano. Precisamente, el cerebro y el cuerpo requieren varias horas de sueño para restaurarse, por lo que, de no hacerlo, se podría incrementar el riesgo de desarrollar algún tipo de enfermedad.
Según explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, dormir le da al cuerpo y al cerebro tiempo para recuperarse del estrés del día. En ese sentido, después de una noche de sueño adecuada, la persona tiene mejor desempeño tanto físico como mental. Además, destaca que dormir ayuda a que el individuo se sienta más alerta, optimista y contribuye a combatir enfermedades.
Si bien no hay un rango de sueño estándar que aplique para todas las personas, MedlinePlus expresa que la mayoría de los adultos necesitan de siete a ocho horas de sueño por noche para una buena salud y funcionamiento mental. Así mismo, anota que otros necesitan hasta nueve horas de sueño por noche.
Aunque los expertos coinciden en la importancia de dar al cuerpo suficiente descanso para que se recupere, hay quienes hacen caso omiso a la recomendación y subestiman los efectos del sueño. De igual manera, existen algunos hábitos que derivan en problemas para dormir, por lo que vale la pena acudir a un especialista médico para examinar detalladamente la situación.
Uno de los obstáculos más comunes para dormir bien suele ser la agenda ocupada que tienen algunas personas, ya sea por trabajo, estudio o la ejecución de actividades nocturnas de diferente índole. En esa misma línea, no tener un buen entorno para dormir también afecta negativamente la calidad del sueño, por ejemplo, los lugares con mucho ruido, luz o con excesos en la temperatura (frío o calor).
Por otra parte, la cercanía con aparatos electrónicos también tiene incidencia en la calidad del sueño, especialmente, cuando emiten sonidos durante la noche o generan esa “necesidad” en la persona por mantenerse conectada al mundo digital.
En algunos casos, los problema de sueño aparecen debido a afecciones médicas, como la artritis, el dolor de espalda, enfermedades del corazón o el asma, lo cual dificulta la respiración. De igual manera, la depresión, la ansiedad, el abuso de sustancias y algunos medicamentos también pueden dificultar que se concilie satisfactoriamente el sueño.
Riesgo de enfermedades por no dormir bien
Un estudio publicado en la revista Scientific Reports, citado por el portal Saber Vivir, reveló que “la falta de sueño puede aumentar hasta un 141 % el riesgo de enfermedad cardiaca”. Dicho hallazgo coincide con lo expuesto por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la cual detalla que no dormir lo suficiente podría derivar en presión arterial alta e inflamación, dos factores potencialmente dañinos para el corazón.
Según explica el artículo de Saber Vivir, existe una gran variedad de enfermedades cardiacas, sin embargo, la que estaría más estrechamente relacionada con la falta de sueño es la enfermedad de las arterias coronarias, la cual se desarrolla lentamente con el paso del tiempo. En ese sentido, anota que los factores a tener en cuenta son la edad, la presión arterial, el colesterol y el azúcar en sangre altos; la obesidad o el tabaquismo. Precisamente, esta enfermedad es la principal causa de infarto.
No dormir bien genera un efecto dominó en el organismo. De acuerdo con la información de MedlinePlus, cuando la persona no duerme lo suficiente, el riesgo de padecer varias enfermedades incrementa.
Respecto a la diabetes, por ejemplo, explica que el cuerpo no funciona igual de bien al controlar el nivel de azúcar en la sangre cuando no duerme lo suficiente. Otro efecto perjudicial está relacionado con la obesidad, ya que, al no tener un descanso adecuado, la persona es más propensa a comer en exceso.
Una creencia popular sugiere que dormir bien fortalece el sistema inmunitario. De hecho, el portal especializado aclara que este sistema necesita suficientes horas de descanso para combatir enfermedades como el resfriado. La salud mental también es un punto a tener en cuenta, ya que la depresión y la ansiedad dificultan que la persona concilie el sueño e, incluso, conduzca a problemas de insomnio.
Como medida preventiva, lo más adecuado cuando se tienen problemas para dormir o algunos de los síntomas asociados a la falta de sueño es acudir a un especialista médico para obtener un diagnóstico preciso y recibir tratamiento oportuno.