Las especias, más allá de dar sabor cuando se emplean en la preparación de diferentes recetas gastronómicas, son alimentos que le ofrecen una serie de beneficios medicinales al organismo. Esto se debe a que aportan propiedades que no muchos otros productos ofrecen.
El uso de estos alimentos en la cocina ayuda a reducir la sal y el azúcar en las comidas, ya que son grandes potenciadores del sabor y facilitan el proceso digestivo debido a que las sustancias aromáticas estimulan la producción de jugos gástricos, haciendo que los alimentos sean más fáciles de asimilar.
En relación con estos aspectos, científicos de la Universidad de California en Estados Unidos, afirman que al incluir condimentos en la comida se puede reducir el consumo de sodio hasta 50 %, por ejemplo.
Sin embargo, no son los únicos beneficios. Muchas de estas especias ayudan a reducir el colesterol y los triglicéridos, a controlar la presión arterial y a mejorar condiciones articulares, entre otras. Una de las más reconocidas por sus beneficios para el organismo es el jengibre.
A esta planta se le atribuyen propiedades vasodilatadoras, anticoagulantes, expectorantes, analgésicas, digestivas, antiinflamatorias, astringentes, carminativas, antipiréticas y antiespasmódicas.
El portal Cuerpo Mente cita una revisión de estudios científicos publicada en la revista Nutrients, la cual concluye que el jengibre se ha probado de manera eficaz en la mayoría de los estudios, incluidos los que examinaron el alivio de las náuseas y los vómitos durante el embarazo, la función digestiva, la mejora en el nivel de expresión de marcadores de riesgo de cáncer colorrectal y los efectos antiinflamatorios.
Se dice que el gingerol es el principal responsable de gran parte de las propiedades medicinales de esta especia, ya que tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes, según han mostrado las investigaciones.
Jengibre, bueno para la circulación
Uno de los beneficios que se le atribuyen es su aporte a un buen funcionamiento del sistema circulatorio, previniendo la formación de afecciones como las várices o los coágulos.
Información del portal de estilo de vida unCOMO asegura que esta raíz “favorece de manera natural la circulación sanguínea, lo cual es ideal para disolver la fibrina (proteína que interviene en los mecanismos de coagulación) en los vasos sanguíneos y prevenir problemas circulatorios como las venas varicosas”.
Explica que las personas que sufren de várices presentan una incapacidad para descomponer la fibrina correctamente, razón por la cual las venas se dilatan y se hinchan. Además, esta propiedad hace que el jengibre sea bueno para prevenir la trombosis, coágulos, colesterol elevado en la sangre, ataques cardíacos y otras dolencias relacionadas con el corazón.
En una publicación de la revista Mejor con Salud, la médica Karla Henríquez, asegura que en general el jengibre ayuda a proteger la salud cardíaca y una de las razones más importantes es porque tiene la capacidad para estimular el control de los niveles de lípidos en la sangre.
Reduce el colesterol “malo”
La especialista refiere una investigación compartida en Clinical & Medical Biochemistry, según la cual los pacientes que recibieron cinco gramos de jengibre en polvo durante tres meses experimentaron una disminución de sus niveles de colesterol LDL (malo) en un 17,4 %. En los análisis también se evidenció una disminución en los triglicéridos.
En torno a este tema, el portal Gastrolab de México indica que esta especia cuenta con más de 20 antioxidantes que resultan ideales para ayudar a impedir la peroxidación lipídica y a que el hígado sintetice el colesterol malo proveniente de alimentos procesados. Los antioxidantes son compuestos ideales para ayudar a reducir tanto el colesterol, como los triglicéridos y otras grasas que suelen acumularse en la sangre.
Con esto se previene la formación de placas en las paredes de las arterias, lo que favorece el libre flujo de la sangre a todas las partes del cuerpo.
Henríquez asegura, además, que el consumo moderado de esta especia también se relaciona con una disminución de la presión arterial y, en general, menos riesgo del desarrollo de afecciones que tienen que ver con el corazón.