La hepatitis C alejó durante tres años de los ruedos a uno de los toreros más reconocidos de Colombia y España: César Rincón. La lucha fue dura pero de ahí salió victorioso. Hoy puede decir: "estoy curado". En Colombia, el desconocimiento de la enfermedad es muy alto. Según una encuesta hecho por Datexco, el 54 por ciento de la población no conoce de qué se trata la hepatitis C ,y de ese grupo, 37 por ciento no sabe cómo se transmite. El cálculo de la Asociación Colombiana de Hepatología es que 300.000 personas pueden estar infectadas en Colombia y no lo saben. Para complicar aún más las cosas, se trata de un mal asintomático, por lo tanto, la población que haya podido estar en contacto con el virus debe tomar la iniciativa de hacerse la prueba.Rincón nunca imaginó que este sería el toro más bravo que tendría que lidiar. Pese a que el tratamiento fue muy duro, se sometió a él y logró salir adelante. Ahora, como una persona que está curada, quiere que otros colombianos tomen su ejemplo y sigan en la lucha, no solo buscando el diagnóstico sino manteniéndose en el tratamiento. “Vale la pena”, dice el maestro, quien agradece al tratamiento, a sus médicos y a su familia, por devolverle la vida.Este es el testimonio de su experiencia.