Consumir una dieta adecuada es una de las medidas más importantes para garantizar que una persona adquiera las vitaminas y los nutrientes que son necesarios para mantener un buen estado de salud. No obstante, hay algunos síntomas que pueden ayudar a identificar que un paciente está padeciendo de un déficit nutricional específico.
Una de las falencias que más síntomas provoca en el organismo es la falta de vitamina D, que es fundamental para que el cuerpo pueda absorber el calcio que se encuentra en los alimentos. Por ello, los principales signos que dan cuenta de que una persona no está obteniendo suficientes niveles de este nutriente tienen que ver con molestias en los huesos.
La enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus, advierte que las personas con falencias de vitamina D pueden padecer una pérdida progresiva de su densidad ósea. Esto, a su vez, puede aumentar el riesgo de que una persona padezca enfermedades como la osteoporosis o sufra fracturas.
Así mismo, es frecuente que las personas que no están teniendo cantidades suficientes de vitamina D en su dieta sufran de dolores en sus rodillas y en otras articulaciones.
También es posible que los pacientes perciban algunos síntomas específicos dependiendo de su edad.
“En niños, puede causar raquitismo. El raquitismo es una enfermedad rara que hace que los huesos se ablanden y se doblen. Los bebés y niños afrodescendientes tienen un mayor riesgo de tener raquitismo”, indica Medline Plus.
Mientras tanto, advierte que en los pacientes adultos presentar una deficiencia grave de vitamina D puede generar una condición de salud que se conoce como osteomalacia, que se caracteriza por hacer que haya huesos débiles, dolor óseo, falta de fuerza muscular e incluso deformaciones óseas.
¿Quiénes están más expuestos a las deficiencias de vitamina D?
La fuente médica también señala que hay algunos grupos poblacionales que pueden ser más vulnerables a presentar falencias en sus niveles de vitamina D.
Entre otros, Medline Plus cita a los bebés que se encuentran lactando, debido a que “la leche humana no es una buena fuente de vitamina D. Si está amamantando, dele a su bebé un suplemento de 400 unidades internacionales (UI) de vitamina D todos los días”.
También es una condición médica que puede afectar a los adultos mayores debido a que su piel ya no tiene la misma capacidad de producir vitamina D que cuando eran jóvenes.
Además, los riñones de las personas en la vejez ya no cuentan con la misma capacidad de convertir la vitamina D a una “forma activa”.
A su vez, señala la fuente, también puede ser difícil absorber vitamina D para las personas que padecen enfermedades gastrointestinales (como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn), quienes tienen piel oscura, los pacientes diagnosticados con obesidad y aquellos que se han sometido a una cirugía de derivación gástrica.
Para saber cuánta vitamina D se requiere según la edad, Medline Plus detalla que es importante tener en cuenta esta lista, en la cual se aclara cuántas unidades internacionales deben ingerir los pacientes:
- Nacimiento hasta 12 meses: 400 UI.
- Niños entre uno y 13 años: 600 UI.
- Adolescentes entre 14 y 18 años: 600 UI.
- Adultos de 19 a 70 años: 600 UI.
- Adultos mayores de 71 años: 800 UI.
- Mujeres embarazadas y lactando: 600 UI.
Por último, la fuente de salud recordó que la vitamina D no solo se adquiere por cuenta de la alimentación.
“Usted puede obtener vitamina D de tres maneras: A través de su piel, su dieta y suplementos. Su cuerpo produce vitamina D naturalmente después de exponerse a la luz del sol. Pero demasiada exposición al sol puede ocasionar envejecimiento de la piel y cáncer de piel, por lo que muchas personas buscan obtener su vitamina D de otras fuentes”, concluye la entidad.