Con frecuencia se escucha decir que el desayuno es la comida más importante del día y que adicionalmente debe ser saludable, con el fin de mantener el equilibrio nutricional y evitar el riesgo de sufrir problemas de obesidad y sobrepeso.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la causa fundamental de estas afecciones es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. Esto está muy relacionado con un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa y un descenso en la actividad física.
Por esta razón, cuidar la alimentación es clave para prevenir estas enfermedades y evitar el desarrollo de otras. Una de las formas de hacerlo es incluir en el desayuno los componentes indicados y uno de los que no debe faltar son las proteínas.
Estos nutrientes son clave para el organismo, pues las requiere para fortalecer y mantener los huesos, los músculos y la piel. La biblioteca médica MedlinePlus explica que las proteínas son moléculas grandes y complejas que se encargan de realizar la mayor parte del trabajo en las células y son necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo.
También ayudan a mantener y aumentar la masa muscular, a generar anticuerpos, a mantener la piel, uñas y cabello saludables, equilibrar las hormonas, transportar oxígeno, cuidar las articulaciones y mantener en buenas condiciones el sistema nervioso, precisa información del portal de bienestar y salud Tua Saúde.
Estos nutrientes se pueden encontrar en alimentos como la carne, los huevos, las nueces, las lentejas, los garbanzos, el queso y algunos granos o guisantes, entre muchos otros. Las que se hallan en la carne y otros productos animales son proteínas completas, es decir, que suministran todos los aminoácidos que el cuerpo no puede producir por sí mismo.
No deben faltar
El portal Alimente, dedicado a información de nutrición, gastronomía y salud del diario El Confidencial, de España, cita un estudio realizado por investigadores del Centro Charles Perkins (CPC) de la Universidad de Sídney y publicado en la revista Obesity, el cual reveló que estos nutrientes son pilares de la alimentación. Junto con las grasas y los carbohidratos, conforman los tres macronutrientes que el ser humano necesita para sobrevivir.
Otra de las grandes conclusiones de la investigación, que se basó en el análisis de la Encuesta Nacional de Nutrición y Actividad Física de Australia realizada entre mayo de 2011 y junio de 2012 y que contó con la participación de 9.341 personas, fue que quienes consumían cantidades de proteínas más bajas en el desayuno tendían a ingerir más calorías en las comidas posteriores, además de alimentos ricos en grasas, azúcares, sal o alcohol.
En consecuencia, tenían una dieta más pobre en general; mientras que los que tomaban más proteínas en el desayuno tendían a comer menos a lo largo del día, evitando de esta manera el sobrepeso.
En esta línea, el Centro de Nutrición, Obesidad y Alteraciones Metabólicas, de México, indica que es importante comer proteínas en el desayuno, porque si se limita su ingesta para el almuerzo y la cena, el cuerpo no puede usar estos nutrientes en su totalidad. Por ello, incluir alimentos como huevos, leche, yogur, queso y carnes magras la primera comida del día es importante.
Las proteínas, además, generan sensación de saciedad lo que evita que las personas quieran estar comiendo a lo largo del día. “Además, los alimentos del desayuno, como cereales de grano entero, leche, fruta, yogur y pan tostado de grano entero, contribuyen a cumplir con el requerimiento diario de vitaminas y minerales. Los que se saltan el desayuno tienden a tener niveles más bajos de calcio, potasio, magnesio, fósforo y zinc, vitaminas A, E, B6, C y folatos”, precisa esta institución en su página web.