De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus, el dolor óseo es menos común que el dolor articular y el dolor muscular. Como tal, la fuente de este tipo de dolor puede ser a raíz de una fractura después de un accidente o también se puede relacionar con otras causas como el cáncer que se disemina al hueso.
Entre tanto, los síntomas de una lesión muscular que provoca dolor óseo son el dolor punzante en el sitio de la lesión, que puede volverse más sordo con el tiempo, inflamación o hinchazón, enrojecimiento y un menor movimiento de la zona afectada.
Otra de las causas más comunes que provoca este dolor crónico en los huesos es la fibromialgia, la cual causa un dolor generalizado en todo el cuerpo y también afecta el sueño de una persona y se conoce que causa angustia mental y emocional. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), la fibromialgia afecta a más de 4 millones de adultos en Estados Unidos, que es aproximadamente el dos por ciento de la población adulta. La mayoría de las personas son diagnosticadas durante la edad madura.
Sin embargo, cuando se presentan afecciones en particular que afectan el sistema óseo, se debe a una deficiencia o falta de vitamina C, según indica el portal web Tua Saúde. Esta vitamina o ácido ascórbico es un micronutriente presente en los alimentos, principalmente en las frutas cítricas, como la acerola o naranja.
También posee una potente acción antioxidante y actúa retardando el envejecimiento celular, pero también participa en la formación de colágeno, absorción de hierro a nivel intestinal, síntesis de norepinefrina y en la conversión del colesterol en ácidos biliares.
La cantidad de vitamina C que debe ser consumida diariamente es de 75 mg al día para mujeres y de 90 mg al día para hombres desde los 19 años en adelante. Este nutriente se puede encontrar en los siguientes alimentos:
- Frutas: cerezas, fresas, espárragos, tomates, arándanos, mandarinas, patatas, frambuesas, coliflor, melón, mango, kiwi, guisantes y piña.
- Verduras: tomate, pimientos, brócoli, col rizada y las espinacas. La ingesta diaria recomendada de vitamina C es de 75 mg para mujeres.
- Adicional a estos alimentos, en general, los suplementos de vitamina C son una forma ideal y sencilla de incrementar los valores si se tiene dificultad para obtener suficiente a través de la dieta.
Cabe mencionar que estos alimentos no reemplazan ningún tratamiento especificado por un médico, solamente son una opción coadyuvante para manera esta patología.
Por su parte, Mayo Clinic explicó en su portal web en la investigación sobre el uso de vitamina C para otras afecciones específicas y se ha demostrado lo siguiente:
- Cáncer. Consumir una dieta rica en frutas y verduras podría reducir el riesgo de varios tipos de cáncer, como el cáncer de mama, de colon y de pulmón. Sin embargo, no está claro si este efecto protector está relacionado con el contenido de vitamina C en la comida. Tomar suplementos de vitamina C por vía oral no pareciera ofrecer el mismo beneficio.
- Resfriado común. Tomar suplementos de vitamina C por vía oral no previene el resfriado común. Las pruebas también muestran que los beneficios de tomar suplementos de vitamina C en forma periódica para reducir la duración o intensidad de un resfriado son mínimos.
- Enfermedades oculares. Tomar suplementos de vitamina C por vía oral en combinación con otras vitaminas y minerales parece prevenir el empeoramiento de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Algunos estudios también indican que las personas que tienen mayores niveles de vitamina C en su alimentación tienen menor riesgo de desarrollar cataratas.