La sandía, o también conocida patilla, es una de las frutas más frescas que hay entre la gran variedad que hay en Colombia, pues contiene grandes cantidades de agua, la cual le agrega beneficios que otras no tienen.
La sandía está compuesta por 90% de agua. Esta fruta es bastante peculiar, pues no es el tipo de alimento que madura apenas se arranca de la planta, y si esta está verde no se puede consumir.
Entre los beneficios que puedes aportar la sandía, se encuentran los antioxidantes, la vitamina A que ayuda a la vista, los aminoácidos que favorecen la circulación sanguínea, además es baja en grasa y es buena para la hidratación de la piel.
Beneficios de consumir sandía
Una fruta con tanta agua es buena para tomarse como jugo, en vista de que posee electrolitos beneficiosos para el cuerpo, además de que calma la sed y genera una sensación de saciedad.
Su propiedad vasodilatadora incrementa el flujo sanguíneo en el cuerpo, beneficiando así la función cardiovascular gracias a los aminoácidos encontrados en la sandía, que disminuyen los niveles de presión arterial.
Otro de los componentes clave de la sandía es el licopeno, un poderoso antioxidante que le da su característico color rojo. Este antioxidante juega un papel vital en la protección contra los radicales libres, ayudando a prevenir el daño celular y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
Adicional a esto, las vitaminas A y C están presentes en la fruta, las cuales ayudan a proteger la salud de la piel y de los ojos de los rayos del sol. La sandía y sus vitaminas cuidan la retina, reduciendo la aparición de enfermedades degenerativas como lo son las cataratas.
Además de las vitaminas, la sandía cuenta con potasio y calcio, los cuales benefician la fortaleza de los huesos y previenen problemas articulares, pues esta fruta contiene propiedades antiinflamatorias.
Otra de sus funciones es la de contar con propiedades diuréticas, haciendo de ella una protectora de riñones, aumentando la orina, algo que también funcionará para perder peso.
Para los atletas y aficionados del ejercicio, la sandía puede ser una gran aliada en la recuperación muscular gracias a su contenido de aminoácidos. Estos nutrientes ayudan a reducir la fatiga y acelerar el proceso de reparación de los músculos después del entrenamiento.
Además de sus beneficios dentro del organismo, la sandía también es conocida por su capacidad para mejorar la salud de la piel. Su alto contenido de agua y nutrientes esenciales contribuyen a mantener la piel hidratada, suave y radiante, lo que la convierte en un ingrediente popular en productos de cuidado de la piel.
Ojo: esto es lo que debe tener en cuenta antes de consumir una sandía
La Fundación Española de Nutrición, asegura que la sandía es muy apreciada por ser refrescante en aguas y sales, es una de las frutas que más cantidad de agua contiene, con casi un 93 % de su peso.
La sandía aporta varios beneficios para la salud, ya que es rica en vitaminas, agua y compuestos antioxidantes, con propiedades antiinflamatorias, hidratantes, antioxidantes, diuréticas, anticancerígenas, digestivas y antihipertensivas.
Esta fruta también puede prevenir las enfermedades del corazón. Si bien es un alimento con un bajo contenido energético, posee importantes cantidades de vitaminas y minerales, lo más sobresaliente es su aporte de potasio (120 mg por cada 100 de fruta comestible) y vitaminas A, B6 y C.
A pesar de todos los beneficios que tiene, comprar una sandía es un reto porque detrás de su corteza se esconde su verdadera cara. Pues esta fruta puede llegar a presentar una desagradable sorpresa.
Es fundamental tener en cuenta tener en cuenta que se debe apostar por la sandía que se encuentre por encima, ya que las de abajo pueden estar aplastadas. Este producto es muy sensible al frío y lo más recomendable es colocarla en una parte donde se exponga menos a una baja temperatura.
Además, es importante que si ve esto en la sandía, es aconsejable que la bote de inmediato a la basura:
- Moho en el exterior: puede ser un signo de descomposición, por eso debe revisar si hay algún tipo de moho o manchas oscuras en la parte exterior de la fruta, estás suelen ser de color negro, blanco o verde.
- Tonos difuminados: una sandía en buen estado debe tener una tonalidad verde, pino o tener rayas a su alrededor, si no presenta esas indicaciones es mejor desecharla.
- Pulpa arenosa o seca: su pulpa es caracterizada por ser crujiente, si comienza a tornarse babosa o blanda es porque ya está dañada y es preferible que la bote, pues puede intoxicarse si no lo hace.
- Forma redonda: las sandías suelen venir alargadas o redondas, pero siempre vienen de una forma homogénea. Si llega a notar alguna con malformaciones, no será apta para su consumo, ya que esto indica que absorbió cantidades de agua y sol de forma inadecuada.
- Eco en su interior: es una de las maneras para saber si la fruta está buena, pues si al darle golpes con los nudillos de los dedos hace eco y suena contundente, significa que la puede consumir de inmediato. Pero si llega a sonar eco con un sonido suave es todo lo contrario. Además, detalle que no presente una sensación blanda.