Desde el nacimiento, el ser humano sigue un ciclo que es inevitable. Primero pasa por la infancia, la adolescencia y la adultez, antes de llegar a su etapa final, que es la vejez, momento de la vida en el que muchas personas se someten a diferentes tratamientos naturales y quirúrgicos para tratar de retrasar los cambios que trae consigo el envejecimiento.
Según el Ministerio de Salud de Colombia, el envejecimiento “se entiende como un proceso continuo, multifacético e irreversible de múltiples transformaciones biopsicosociales a lo largo del curso vital, que no son lineales ni uniformes y solo se asocian vagamente con la edad de una persona en años”.
Por lo general, estos cambios están influenciados por factores epigenéticos y por la toma de decisiones acumuladas del individuo, pero también por las condiciones sociales, económicas, ambientales y políticas del entorno en que tiene lugar el desarrollo humano. En conjunto, todo esto permite predecir bienestar y un buen funcionamiento físico y mental, así como pérdidas y enfermedades.
Así las cosas, el envejecimiento impacta a cada persona de forma diferente y esto depende del estilo de vida que se mantuvo en la adolescencia y en la adultez. Por ejemplo, un individuo que durante estas etapas practicó ejercicio de forma regular y se alimentó bien, recibirá la vejez sin mayores achaques, de manera sana.
De esta manera, los expertos en salud aconsejan consumir superalimentos ricos en vitaminas y minerales como los arándanos, un fruto rico en antioxidantes y ayudan a proteger nuestras células del daño causado por los radicales libres, lo que a su vez puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Esta fruta morada también ofrece múltiples beneficios como ayudar a mejorar la memoria y el rendimiento cognitivo. El especialista en medicina funcional, Carlos Jaramillo, aseguró para el portal web El Diariony, que “mientras que a nivel digestivo se le reconoce por sus beneficios, entre otros, por equilibrar la microbiota intestinal, ya que funciona como nutriente para la microbiota, lo que ayuda a mantener un equilibrio adecuado en nuestro sistema digestivo. Estos frutos tienen un bajo índice glucémico, lo que significa que liberan azúcar de manera gradual en el torrente sanguíneo, evitando picos de glucosa y ayudando a mantener los niveles estables”.
Cabe mencionar que los antioxidantes, como las antocianinas que están presentes en los arándanos, ayudan a proteger la piel del daño causado por los radicales libres y promover una piel más saludable y radiante. La antocianina es un poderoso antioxidante y un potente antimanchas; que forma parte del grupo de los flavonoides.
Otros beneficios de los arándanos
- Mejora la memoria: es común que con el envejecimiento se generen ciertos problemas de memoria, así como una ligera disminución de otras habilidades de razonamiento. La empresa Manitoba reveló que para cuidar la memoria se puede consumir un jugo de arándanos, ya que estos “ayudan a reducir el riesgo de contraer demencia” y para preparar el jugo se deben licuar dos puñados de arándanos; un aguacate; un ajo; un puñado de semillas de calabazas; un puñado de semillas de linaza y un vaso de agua.
- Reduce el riesgo de sufrir cáncer: esta es una de las enfermedades más frecuentes en la población mundial. Algunos estudios han concluido que el consumo de esta fruta puede combatir el riesgo de proliferación de células cancerosas, cuando son pocas.
- Ayuda a prevenir la diabetes: un estudio publicado en 2010, en el Nutrition Journal, afirma que consumir esta fruta mejora la sensibilidad a la insulina en las personas obesas resistentes a esta hormona.
- Mejora el sistema inmunitario: al contener una gran cantidad de antioxidantes, contribuye a reducir los efectos nocivos de ciertas patologías y lesiones, haciendo que la curación tarde menos en producirse y requiera menos recursos por parte de nuestro sistema inmunitario.